Es difícil escribir en un contexto como el de ahora, post pandemia, golpe de estado, con muertes de más de 40 peruanos, de constante crisis política, incertidumbre y un intento más de tumbarse a la SUNEDU, entidad que al menos fomenta y asegura estándares de calidad en el servicio de educación superior.
De esta manera vamos culminando este 2022. Todo parece surreal o sacado de una combinación entre comedia y tragedia. Pese a esto, intentaré compartirles una forma de pensar y/o buena práctica que me ayuda a realizar un análisis de objetivos a nivel personal, laboral y es una gran herramienta para el trabajo colaborativo.
Culmina el año y es inevitable emocionarse y pensar en qué objetivos querré cumplir en el que viene. En mi práctica prefiero hacer un balance distinto del año que termina. ¿Cómo se hace?
Lo bueno
Pues, te invito a pensar en qué es lo que ocurrió en este año, qué objetivos lograste. Descuida, si no te planteaste objetivos, intenta recordar a qué aspectos de tu vida le dedicaste tiempo y energía. Puedes pensar en esos aspectos como: lo familiar, trabajo, amistad y amor, estudios, ocio, salud. Con esto en mente, puedes empezar mencionando y enlistando todo aquello que fue bueno en este 2022, todo lo que sí salió como esperabas, reconociendo aquello que intencionalmente hiciste para que ocurriera “bien”. Esto permite que nos reconozcamos y le demos mérito a nuestras acciones y logros.
Lo difícil
Luego, puedes hacer otra lista, pero esta vez pensando en aquello que fue difícil, complejo, que estuvo o no en tu control para lograr esos objetivos o resultados. Puede ser que tu objetivo como docente haya sido que el 100% de tus estudiantes logren el nivel esperado para su grado pero lo difícil puede haber sido que algunos de tus estudiantes tienen dificultades para leer u otros pero o que el involucramiento de padres y madres es limitado, que las actividades que desarrollas no son completamente atractivas y motivadoras para todos, o que quizá las evidencias de aprendizaje que planteaste no permitían recoger el nivel real de la competencia y de distintas formas, o que las constantes y paralelas actividades en la escuela durante el último semestre disminuyeron el tiempo de clases. En esta parte es importante que identifiques no solo aquello que no estuvo en tu control o que no era tu responsabilidad, sino que asumas tu contribución a aquello que no sucedió y te hagas cargo (accountability). Nos es sencillo “zafarnos” de la responsabilidad y “echarle la culpa al otro”, al externo, al tiempo de que las cosas no hayan ocurrido, sin ánimo de culparnos en el proceso.
Lo diferente
Por último, tomando en cuenta los puntos anteriores de “lo bueno y difícil”, permítete pensar en aquello que harías diferente. ¿Qué sería lo distinto que desarrollarías para que se cumpla el mismo objetivo? Pensando en aquellas circunstancias externas e improvistos que sucedieron. Este último punto que pongamos foco en el aprendizaje, que apelemos a nuestra creatividad y nos permitamos imaginar e innovar. Este año, en nivel personal algunos meses me fue difícil estudiar y trabajar y a la vez darme tiempo para hacer ejercicio. Para el próximo año dejaré de estudiar algunos meses, sobre todo cuando haya picos de actividades y estaré en paz con esa decisión. Procuraré no forzarme a hacer ejercicios todos los días de la semana, empezaré solo con dos e iré alternando de ejercicios o deporte, no me funciona hacer el mismo, me aburro.
Evaluar para mejorar
En la organización donde trabajo, cada vez que desarrollamos un curso, capacitación, evento nos juntamos como equipo, a evaluar cómo nos fue y es esta parte del ejercicio donde nos damos la licencia para salir fuera de la caja, proponer y aprender de las ideas e innovaciones de los demás, incluso, permite que la responsabilidad no se deposite en una sola persona, sino que todo el equipo tome consciencia de que el aprendizaje es colaborativo y constante. De esta manera los integrantes muestran mayor apertura y responsabilidad por el grupo, propósito y los objetivos que nos unen y permite que nuestra mentalidad de crecimiento colectiva avance y que curiosamente los resultados vayan in crescendo.
Este fue el “Bueno, difícil y diferente” o BDD. Espero puedas ver este 2022 como un viaje, te des un tiempo para tomar perspectiva y analizar cómo te fue, hacerlo de manera práctica personal o colectiva con tu familia o con tu equipo de trabajo. Confío que te dará luces acerca de ti mismo, y tener mayor claridad de lo que deseas plantearte y priorizar para la aventura del 2023. Como última idea, sugiero que, si haces el ejercicio de manera individual, procures pensarte de manera integral, con todas sus dimensiones mencionadas, no solo en lo laboral.
Espero las autoridades del país también se animen a hacerlo.
Lima, 10 de enero de 2023