Roberto Barrientos | EDUCACCION
En un colegio de Lima Metropolitana se empezó a implementar una nueva estrategia para la mejora de la lectura y la convivencia. La estrategia se implementa en todos los grados de manera efectiva. Los cambios realizados son a nivel del rol del estudiante en el proceso de aprendizaje. Los estudiantes están más empoderados y tienen más seguridad y mayores niveles de convivencia escolar. Los cambios en su rol en el proceso de aprendizaje son evidentes, sin embargo no ha habido una estrategia clara para el desarrollo de habilidades y capacidades docentes así como para elevar los niveles de complejidad del contenido. Por lo que los logros de aprendizaje aún están en proceso de mejora y la escuela ha empezado a tomar medidas al respecto.
Todo docente recuerda en sus primeros años de formación la explicación que se nos hace de uno de los pilares de la formación docente: el triángulo pedagógico. El triángulo o núcleo pedagógico tiene tres elementos: Docente, estudiante y conocimiento. El triángulo consiste en la interacción de docente y estudiante en presencia del contenido (Ver figura 1). Todas las corrientes pedagógicas consisten en posturas o ponderaciones distintas que se da a cada uno de esos tres elementos.
Figura 1. Elementos del núcleo pedagógico
Para City y otros una reforma educativa real es aquella que afecta los tres elementos del núcleo pedagógico, por ello afirma que “a mayor nivel y complejidad del contenido, conocimiento y habilidades docentes y el compromiso estudiantil será mayor el aprendizaje de los estudiantes” (ver figura 2) (City, Elizabeth A et al. 2009, p.23). Sin embargo son pocas las reformas que tocan los tres al mismo tiempo, la mayoría de reformas o cambios en una escuela se quedan en uno o dos elementos, generalmente el docente y el contenido, porque son los más fáciles de “impactar”. En los últimos años todas las acciones de reforma docente han estado centradas en elevar los estándares de trabajo docente y evaluar a los mismos. Desde las acciones para la implementación de la Ley de Carrera Pública Magisterial hasta inversiones cuantiosas del acompañamiento docente del Programa Estratégico de Logros de Aprendizaje o la Estrategia Nacional de Soporte Pedagógico los esfuerzos han estado centrados en tratar de cambiar las habilidades y desempeño docente. Otro esfuerzo realizado ha sido el de mejorar y elevar los estándares de contenidos. Desde la creación mapas de progreso hasta las diversas versiones de los currículos nacionales y sus respectivas herramientas para su aplicación. Esfuerzos loables, pero como dicen City y otros “ Si cambias un elemento del núcleo pedagógico, tienes que cambiar los otros dos para afectar el aprendizaje de los estudiantes” (City, Elizabeth A et al. 2009, p.23). En los esfuerzos mencionados anteriormente se ha tratado de cambiar dos elementos del núcleo pedagógico, pero el rol de los estudiantes ha permanecido igual. Como convidados de piedra en el proceso de construcción de su propio aprendizaje. En una reciente conversación con una colega docente de primaria me decía “los chicos de mi anterior colegio eran mejores porque se dejaban disciplinar”. Esta colega puede haber aprendido muchas estrategias, pero en su mente el rol de estudiante sigue siendo el mismo en el proceso de aprendizaje.
Figura 2: Principio 2 del núcleo pedagógico (City, Elizabeth A et al. 2009).
Es por ello que toda reforma educativa o cambio en una escuela que quiera realmente mejorar los aprendizajes de los estudiantes debe de trazar estrategias y acciones claras para aumentar la complejidad del contenidos, mejorar las habilidades docentes y cambiar el rol de los estudiantes en el aula y la escuela.
A mi parecer, la manera de trabajo de las Tertulias Dialógicas Literarias contribuye a ese cambio de rol de los estudiantes en el proceso de aprendizaje puesto que son partícipes de un proceso colaborativo y participativo de construcción del significado de un texto, en este caso, clásico de la literatura universal.
En la obra El Principito el zorro le dejó un último consejo al Principito: “solo se ve bien con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos”. Creo que en educación lo esencial sí es visible a lo ojos, puesto que lo esencial en educación es el aprendizaje de los estudiantes. El aprendizaje es visible, es posible verlo si aguzamos la mirada no en el desempeño docente sino en la tarea o actividad concreta que vienen realizando en clase los estudiantes (ver figura 1) . Por ello podemos decir que lo esencial es visible a los ojos que están atentos a lo que hacen y dicen los estudiantes y no a lo que el docente cree que están haciendo o deberían haber hecho los estudiantes.
Lima, 12 de octubre de 2018
Referencias
City, E. A., Elmore, R. F., Fiarman, S. E., & Teitel, L. (2009). Instructional rounds in education: A network approach to improving teaching and learning: ERIC.