Juan Carlos Ugarelli / Cinencuentro
Locos de amor es una apuesta doblemente arriesgada para Tondero Films: es un intento de llevar a cabo un género tan difícil como el musical y es la primera comedia que producen sin Carlos Alcántara, la mina de oro que les ha generado éxitos de taquilla con las Asu Mare y con A los 40
A falta de Alcántara, esta vez el protagonismo se reparte en un elenco de actrices. Gianella Neyra, Rossana Fernández-Maldonado, Lorena Caravedo y Jimena Lindo interpretan a cuatro primas que atraviesan situaciones sentimentales muy particulares: enamoramientos, desilusiones, infidelidades y rupturas. Sus distintas aventuras amorosas son acompañadas de fragmentos de canciones de Mocedades, Pimpinela, Camilo Sesto, entre otros.
Lamentablemente, la mayoría de canciones tienen una duración demasiado corta: solo escuchamos la primera estrofa, el coro y corte. Cuando algunas escenas musicales empiezan a alzar vuelo, se produce una transición brusca a una escena hablada. No sé qué le impidió al director Frank Pérez-Garland filmar escenas de canto y baile de al menos tres minutos.
Del elenco masculino, nadie destaca especialmente ni por su voz ni por su disposición para el baile. Mucho mejor están las actrices, especialmente Rossana Fernández-Maldonado y Gianella Neyra. Ellas mantienen la espontaneidad y ritmo que un género como el musical requiere.
También merecen una mención honrosa los bailarines que inyectan algo de energía a la película, siendo la coreografía más lograda la que se desarrolla dentro de una tienda por departamentos. Lástima que el tremendo logo de la tienda aparezca al fondo y nos recuerde que el product placement sigue siendo un mal necesario para financiar películas de cierto presupuesto en el país.
El guion de Bruno Ascenzo y Mariana Silva enlaza cuatro historias que siguen recorridos predecibles sacados del manual de comedias románticas. El triángulo amoroso de Gianella Neyra, Gonzalo Revoredo y Giovanni Ciccia usa el clásico esquema de la chica indecisa entre el patán narcisista y el amigo incondicional que la ama en secreto.
Mientras que algunos personajes como el de Carlos Carlín se agotan en la repetición de un solo chiste (su insistencia en citar la misma frase de su libro de autoayuda), otros como el de Stefano Salvini terminan extraviados entre la caricatura y la incoherencia de ser un nerd de día y un emo/darkie con ojos delineados y collar de púas por la noche.
Esta nueva apuesta de Tondero triunfa al menos en la taquilla, pues ha logrado conectar mucho mejor con aquellos espectadores que se dejan invadir por la nostalgia de esa música que los transporta a otros tiempos. Sin embargo, con canciones recortadas de manera tosca y escenas absurdas que solo se añaden para adaptarse a la letra de la canción que se presenta a continuación, pienso que “Locos de amor” es una oportunidad perdida de hacer una gran película musical en Perú.
Fuente: Cinencuentro / Lima, 22 de mayo de 2016