Ricardo Cuenca Pareja / La Mula
Los colegios de alto rendimiento (COAR) son una propuesta que la literatura especializada reconoce como una estrategia de separación, segregación o selección de estudiantes por características específicas dentro del sistema educativo (tracking en inglés). Este agrupamiento puede darse por factores muy distintos tales como el sexo, la vocación, el rendimiento, las habilidades cognitivas, las características socioemocionales, etc. Además este tracking puede realizarse a nivel del sistema educativo, entre escuelas, dentro de las escuelas e, incluso, en el interior de las aulas.
Existen, al menos, dos entradas para discutir el tema del tracking. Desde la perspectiva de derechos, la discusión sobre los COAR se concentra en la pertinencia o no que tiene la separación/segregación/selección en el cumplimiento del principio de equidad como componente ineludible de la calidad educativa, en el rol de la escuela en el desarrollo de competencias democráticas basadas en el respeto a la diferencia, en el valor de la diversidad en la educación y en el rol garante del Estado en la provisión de una educación de calidad para todos. En el Perú, hay un debate desde esta perspectiva. Para comprenderlo es imprescindible revisar los artículos de Manuel Bello e Idel Vexler. También puede revisarse el intercambio que tuve con el ministro Jaime Saavedra.
La investigación educativa sobre el tema entrega evidencia mixta; es decir, ha encontrado aspectos positivos y negativos en la separación/segregación/selección educativa.
A favor, ha encontrado que el tracking reduce el fracaso escolar, hace más eficiente el uso de los recursos, permite una mejor planificación educativa y escolar, favorece una enseñanza más eficar y que es mejor cuando la estrategia es temporal. (Betts, 2011, 2005; Duflo, Dupas, y Kremer, 2008; Hanushek y Woessmann, 2005; Dobbelsteen et al., 2002; Ireson y Hallam, 2001; Argys et al., 1996; Slavin, 1990).
Los hallazgos en contra de la separación/segregación/selección educativa y escolar sustentan que la hipótesis inicial del tracking es falsa, pues las habilidades no son innatas e inamovible, así como tampoco que rendimiento sea sinónimo de talento. A partir de allí, la investigación sostiene que el tracking impacta negativamente en los estudiantes más desaventajados (en rendimiento, así como en condiciones socioeconómicas), en la autoestima y la motivación de los estudiantes y profesores. Así mismo, que los profesores menos calificados suelen atender a los estudiantes menos calificados y que la transición a la educación superior es desigual. (Treviño, Valenzuela y Villalobos, 2015; Krauss y Schuller, 2014; Holm et.al, 2012; Malamud y Pop-Eleches, 2011; Buchmann and Park 2009; Shavit y Müller, 2006; Lucas 2001, 1999; Jones, Vanfossen, & Ensminger, 1995; Kerckhoff 1993; Shavit 1984).
En el Perú, Santiago Cueto ha estudiado la composición de las clases y el impacto positivo del “efecto par” en los resultados educativos. Ha alertado también sobre las consideraciones que se deben tener en cuenta cuando se separa/segrega/selecciona estudiantes en sistemas educativos de países en desarrollo y el riesgo que supone producir inequidades.
Los COAR no son una innovación. Son una vieja práctica que, como hemos visto, ha producido mucha discusión y mucha investigación desde hace varias décadas. Por lo tanto, antes que pensar en sus logros (que de hecho serán buenos por las características del tracking) debemos preguntarnos por su impacto en nuestro sistema educativo.
La evidencia nos dice que la separación/segregación/selección corre el riesgo de basarse en hipótesis falsa y que tiene efectos positivos a la vez que impactos negativos. Entonces, sería bueno preguntarnos y preguntar (particularmente a quienes impulsan y defienden la existencia de los COAR):
¿Es verdad que las necesidades diferentes de los estudiantes es mejor atenderlas por separado? ¿En qué casos sí y cuáles no?
¿Cuáles son los riesgos que estamos dispuestos a tomar en el país, considerando la imperiosa necesidad de atender las desigualdades educativas? ¿Cuáles son, en todo caso, las estrategias para mitigar los impactos negativos?
Bonus track: ¿cuáles son los argumentos del ministerio de educación para decidir incluir en las escuelas regulares a los estudiantes con discapacidad y excluir a los estudiantes “talentosos” de ese sistema regular?
Fuente: La Mula / Lima, 22 de mayo de 2016