José Manuel Delgado Taboada | EDUCACCIÓN
«Tengo un alumno con altas capacidades en el aula. ¿Y ahora qué?». Así se llamó el encuentro que tuvo lugar a fines de febrero del presente año en Tarragona, provincia de Cataluña, España. Fue una jornada organizada por la Asociación para las Altas Capacidades de Tarragona y Tierras del Ebro (ATHENA), con el apoyo del Colegio de Pedagogos de Cataluña. Participaron docentes, psicopedagogos y estudiantes con y sin altas capacidades. Uno de ellos, un muchacho de 14 años, exclamó: «Los chicos con altas capacidades también necesitamos ayuda».
Pero, ¿qué son las altas capacidades? Se trata de un concepto que envuelve a otros dos conceptos muy antiguos y utilizados que, sin embargo, resultan problemáticos para medir y tomar decisiones, como son el talento y la superdotación.
Talento: Cuando una persona presenta un dominio destacado de capacidades sistemáticamente desarrolladas o conocimientos y destrezas en al menos un campo de la actividad humana (Gagné, 2015). Este talento puede ser simple (matemático, lógico, verbal, social, creativo o musical) o complejo, es decir, una combinación de diversas aptitudes en ciertas áreas (talento académico, talento artístico-figurativo) (Castelló y Batllé, 1998).
Superdotación: Se usa el término para señalar una capacidad superior, alta productividad, buen rendimiento escolar, elevado nivel de creatividad, originalidad y alta dedicación a las tareas. Renzulli y Gaesser (2015) hace mención especial del comportamiento dotado y se resiste a considerar la superdotación un estado del ser y más bien la define como una actitud en desarrollo.
Altas capacidades: Según la National Agency of Gifted Child (NAGC, 2012) de EEUU, las personas con altas capacidades son aquellas que: “… demuestran un nivel de aptitud sobresaliente, definido como una capacidad excepcional para razonar y aprender, o rendimiento que los sitúe en el 10% superior o por encima respecto del grupo normativo en uno o más dominios”. Esta definición operacionaliza el talento, cuando este rendimiento superior es en una materia[1], y la superdotación cuando dicho rendimiento superior es en todas las materias[2]. Es por esta razón que en los últimos años se viene utilizando cada vez más el concepto de altas capacidades.
Aunque parezca contradictorio en una primera impresión, los niños y adolescentes con altas capacidades, talento y superdotación necesitan una atención especial, pues de lo contrario, verán limitados su interés, creatividad, producción y hasta, como tal, su capacidad. Sucede que la inteligencia no es estática sino más bien fluctuante; puede y debería ser estimulada en función al interés. Y esta atención especial les es necesaria desde que ingresan al sistema educativo, de la misma forma que las necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad. Suponer que se adaptarán por sí solos al sistema educativo es un error que no debemos cometer.
La detección y atención de estudiantes con altas capacidades es parte importante de los servicios educativos públicos de muchos países en el mundo, entre ellos los más desarrollados (Finlandia, EEUU, España, Holanda, etc.). Estos países han sabido entender -o sus comunidades académicas y expertos les han sabido comunicar- que los estudiantes con altas capacidades representan un potencial importantísimo para el desarrollo de sus localidades y el retorno de la inversión que se hace en ellos. También son conscientes de que no invertir en ellos produce una serie de riesgos (fracaso y deserción escolar, pérdida del talento, delincuencia juvenil, etc.) además de la fuga de talentos: la mayoría de los estudiantes con estas características emigran a otros países que sí brindan las oportunidades que ellos necesitan (aceleración, becas integrales, atención diferenciada y complementaria, instituciones especializadas, etc.).
Los tomadores de decisiones de estos países también han sabido comprender que estos estudiantes no son tan pocos o tan raros, y que pueden provenir de todos los contextos socioculturales, por lo que su atención obedece, estrictamente, a principios básicos como la igualdad de oportunidades y la atención a la diversidad. Por ello, brindan o bien programas específicos solo para estudiantes que presentan altas capacidades (programas dentro de la escuela, escuelas específicas, campamentos de verano, etc.) o programas para toda la escuela (como el Modelo de Enriquecimiento en toda la Escuela de Renzulli), siendo ambos en la mayoría de los casos programas estatales desde la primera infancia, con presencia en las diferentes regiones o circunscripciones, o en las propias escuelas regulares.
En estos programas o servicios educativos se busca el desarrollo del talento, estimular y encaminar a los estudiantes, de manera que puedan sentirse realizados, desarrollando al máximo sus diversas potencialidades, socializando con otros niños con capacidades similares o diferentes, y sobre todo aprendiendo a desarrollar habilidades personales y sociales para interactuar satisfactoriamente con entornos no necesariamente adaptados para ellos. Pero la implementación de programas y/o servicios educativos a nivel nacional que tomen en cuenta las necesidades educativas especiales asociadas a las altas capacidades no resulta nada fácil. No solo requiere de presupuestos específicos.
Un problema de priorización política:
viabilizar la necesidad de atender a estudiantes con altas capacidades
En 1987 se pusieron en marcha dos programas experimentales para la atención de estudiantes con superdotación. En Lima, el Programa de Atención para Niños con Facultades Talentosas Sobresalientes (PAENFTS), y en Arequipa, el entonces Programa Experimental de Rápido Aprendizaje Alfred Binet[3].
El Binet, tras convertirse en una escuela regular en 2004, aún selecciona a los estudiantes con alta inteligencia, pero no puede asegurar un trabajo especializado con ellos, pese a los esfuerzos de su comunidad educativa. Su capacidad de atención es de 240 estudiantes de primaria y secundaria, procedentes en su mayoría de las UGEL de Arequipa Norte y Sur.
El PAENFTS, por su parte, cumplirá este año 33 años de existencia. El programa identifica a estudiantes con talentos específicos o con superdotación, y los divide en grupos específicos según su edad y talento, brindándoles talleres de enriquecimiento curricular, así como cubriendo sus necesidades socioemocionales y metacognitivas. Atiende, anualmente, alrededor de 300 estudiantes en los 3 niveles, sin embargo, la mayoría de sus estudiantes son de la UGEL 7. Nunca ha tenido presupuesto para sistematizar adecuadamente su trabajo, realizar investigaciones o tentar aplicaciones más allá de su propia capacidad institucional.
En 2015, la DRE Junín creó el único Programa de Atención No Escolarizada al Talento y Superdotación (PANETS), en la jurisdicción de la UGEL Huancayo. Actualmente, este programa cuenta con 2 especialistas y atiende a alrededor de 20 estudiantes de inicial y primaria con altas capacidades. La metodología que utiliza es similar a la del PAENFTS, solo que, por la cantidad de estudiantes, se les atiende de forma individual o en pequeños grupos.
Sumados los esfuerzos de estas 3 diferentes entidades, no se llega ni a 600 estudiantes. Si tomáramos en cuenta la proyección que hacen los expertos como Tourón y Gagné, tendríamos que el 10% de los estudiantes presentan altas capacidades: es decir de los más de 800 mil estudiantes que presentarían algún tipo de talento, solo atendemos específicamente a un 0.0008%.
Por otro lado, tenemos que por la Ley de Educación, corresponde a los Servicios de Apoyo y Asesoramiento a las Necesidades Educativas Especiales – SAANEE[4] la labor de detección de estudiantes con talento y superdotación, así como la de orientación a los docentes de instituciones educativas para la atención de los mismos. Sin embargo, en la práctica, sabemos que esta es una función que no se lleva a cabo por diversos motivos: no se cuenta con una normativa específica, el personal no está debidamente capacitado, los profesionales SAANEE no se dan abasto, etc.
De primera mano he sido testigo de docentes, directores y funcionarios de diversas partes del país que han argumentado que “en esta escuela no hay talentos”, poniendo trabas al ingreso o al recuento de estudiantes con posibles talentos por parte de los evaluadores del PAENFTS, o que “en esta región no se viene realizando identificación de estudiantes con talento y/o superdotación”, respectivamente. Estas respuestas solo indican la gravedad del problema en sí.
Aun así, creemos que más importante que el tema presupuestal es el tema político: lo primero que hay que hacer es tomar conciencia de que los estudiantes con altas capacidades están en todas partes, existen, y por lo tanto es necesario atenderlos en cada región, en cada provincia, en cada escuela.
La necesidad de priorizar la atención a las altas capacidades (talento y superdotación) es una batalla que tenemos que comprarnos todos juntos. Aquí algunas sugerencias para cada una de las instancias específicas:
- El Ministerio de Educación, desde lo político, debe desarrollar lineamientos, normativas específicas para los PANETS (lo que facilitaría su creación) y para la detección y orientación desde los SAANEE, que les corresponde según la vigente Ley de Educación.
- Es necesario, también, alertar, concientizar y hacerles saber a los directores y especialistas de Educación Especial de cada Dirección Regional de Educación y UGEL, que posiblemente el 10% de sus estudiantes presentan algún talento específico o compuesto, y que de ellos el 1 o 2% tienen facilidades en todas las materias (superdotación), así como de las ventajas que supondrá en el largo plazo atender a dichos estudiantes desde la infancia, y que para ello es necesario que destinen presupuesto para la creación de PANETS y la ampliación de los SAANEE.
- La creación e implementación de los PANETS y la ampliación del servicio de los SAANEE no deben limitarse a las instancias descentralizadas, pues seguramente el presupuesto será insuficiente. Debe fomentarse el involucramiento de entidades e instancias privadas y de alianzas público-privadas, convenios internacionales, convenios con universidades y empresas que puedan impulsar la creación de estos programas en las regiones.
- Considerar la naturaleza distinta de los programas PANETS, a fin de integrar la data de los censos[5] respecto de los estudiantes con talento y superdotación, por un lado, y de la evaluación y renovación de contratos de sus plazas docentes[6], por otro. Mientras no se atiendan estos problemas, será muy difícil visibilizar y escalar estos programas.
- Es necesario fomentar la articulación de los PANETS con otros servicios educativos, tema que de ser propicio será desarrollado más detalladamente en otra ocasión.
- Finalmente, es necesaria la organización de la sociedad civil en torno a este tema en particular (asociaciones, organizaciones, cooperación internacional, representantes de instituciones educativas, del MINEDU y de los programas existentes, con participación de los egresados del PAENFTS, etc.).
La atención a estudiantes con altas capacidades, talento y superdotación es una necesidad real en cada país. Así lo entendió nuestro vecino país de Uruguay, que en abril de 2018 declaró, a través de una resolución congresal, de interés nacional la detección y atención de estudiantes con talento y superdotación.
Volvamos al evento oficiado en la provincia de Tarragona. Véase que fue organizado por una asociación civil de dicha provincia; que contó con el apoyo de la universidad local, que prestó no sólo un ambiente sino también especialistas panelistas que vienen investigando el tema; que contó también con el apoyo del Colegio de Pedagogos de la región; y que brindó un espacio para los estudiantes con altas capacidades para expresarse en torno a sus necesidades. Es decir: un evento con la participación y articulación de diversos actores clave involucrados y organizados para encontrar soluciones a sus necesidades específicas.
¿Qué tan lejos estamos de un escenario similar? Soñar es solo el punto de partida.
Lima, 9 de marzo de 2020
NOTAS
[1] Cuando se encuentra en el 10% de rendimiento superior de su grupo de referencia en torno a una materia específica (Gagné, 2015), o cuando alcanza el percentil 95 en dicha materia (Pfeiffer, 2015; Renzulli y Gaesser, 2015).
[2] Cuando supera el percentil 75 en promedio en todas las materias (Pfeiffer, 2015; Renzulli y Gaesser, 2015).
[3] Hoy se llama Institución Educativa Especial de Rápido Aprendizaje Alfred Binet.
[4] Los SAANEE son equipos multidisciplinarios conformados en los Centros de Educación Básica Especial, cuya labor principal es asesorar y apoyar a las instituciones educativas regulares en la atención de estudiantes con discapacidad leve o moderada, que se encuentran incluidos en dichas instituciones. De esta manera, cada profesional SAANEE atiende a un total de 20 estudiantes en diferentes instituciones educativas aledañas a la ubicación del CEBE.
[5] Se considera un rubro dentro del Censo Educativo el reporte de estudiantes con talento y superdotación por institución educativa, pero esta información es nominal y la proporciona el director, por lo tanto, esta data no es necesariamente confiable, ni tampoco se suma a la de los servicios que atienden a estudiantes con talento y superdotación. De otro lado, no existe un protocolo específico para recabar data desde estos programas en el censo.
[6] Los profesores que trabajan en el PAENFTS y en el PANETS son casi todos contratados y titulados en educación primaria o secundaria, dado que la especialización en educación especial se aboca mucho en temas de necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad y no es especialmente relevante para estos programas. Lo mismo ocurre con el examen de ascenso: en un 95% las preguntas son de necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad, por lo que estos profesores están en desventaja. Para la renovación de sus contratos también están en desventaja, puesto que tienen la prioridad aquellos docentes que tienen la especialidad de educación especial, así no tengan ninguna experiencia en talento y superdotación. Creemos que debe haber incentivos específicos para que los docentes ingresen y se mantengan en estos programas, y que su experiencia sea considerada al momento de la renovación de sus contratos, así como en su evaluación de ascenso.