María Angélica Pease | UNICEF-PUCP
De las muchas deudas que tenemos con las y los adolescentes de nuestro país, una de las cruciales es darles voz. Pero darles una voz genuina. Que no los represente desde nuestros deseos, miedos o desconciertos. Que no los patologice, pero que tampoco trivialice sus sufrimientos y demandas. Que los conciba con agencia y capacidad de transformar sus realidades, pero a la vez entienda esta agencia como dependiente de condicionantes que la alimentan o limitan. Que no se detenga a tal extremo en la anécdota y en la particularidad de sus vivencias que nos impida saber qué los conecta entre sí y trazar rutas lúcidas de acción e intervención, pero que tampoco los reduzca a tratar de encajarlos en determinados modelos normativos que, por lo general, no fueron creados con adolescentes peruanas y peruanos en mente… Leer más