Philip Roth devuelve sus libros a la biblioteca

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Pablo Guimón | La Nación

La biblioteca de Newark, donde el escritor se formó como lector, recibió a su muerte un legado de 7.000 volúmenes y dos millones de dólares; pese a la pandemia, un equipo trabaja en catalogar ese tesoro.

Del fondo de una caja de cartón emerge el álbum de graduación de Philip Roth, atesorado desde 1946, tras su paso por la escuela de Chancellor Avenue, en Newark, Nueva Jersey. Lema: “No pises al desvalido”. Canción: “It Might As Well Be Spring”, de la comedia musical State Fair, que había logrado el Oscar a la mejor canción original en 1945. Aunque sus compañeras de clase le dejaban mensajes románticos y besos de carmín en las hojas, su interés entonces parecía residir principalmente en el béisbol, su deporte preferido. Escritor favorito: el autor de novelas juveniles de béisbol John Tunis. Héroe: el periodista radiofónico Norman Corwin. Philip Roth quería ser periodista. “Tengo toda la confianza en ti”, le escribió, con ese clásico cariño cargado de exigencia, su padre… Leer más