Edición 98

¿Qué ciudadanos estamos formando en las escuelas del Perú?

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Uno de los pocos consensos que tenemos como país es que educarse en ciudadanía es relevante para sostener nuestro sistema democrático, aunque sea difícil consensuar el qué y cómo debe llevarse a cabo esta formación. Por lo tanto, es propicio que tengamos conocimiento si las políticas educativas y normas técnicas actuales de la educación básica regular están orientadas a formar ciudadanos que fortalezcan la democracia peruana.

En el 2023, el Índice de calidad de la democracia según el Economist Intelligence Unit, reportó que la democracia pasó de ser una democracia defectuosa a ser un régimen híbrido; es decir, que se aprecian rasgos tanto autoritarios como democráticos en el país, ocupando el puesto 77 de 167 países a nivel mundial en este ranking. Este resultado se debe a la calificación del 1 al 10 que otorga al proceso electoral y pluralismo (8.75), las libertades civiles (6.47), al funcionamiento del gobierno (5.71), la política de participación (5.00) y a la cultura política (3.13).

Muchas razones son las que pueden determinar tan baja calificación en la cultura política de la ciudadanía, pero es sin duda, que existe una creciente desafección democrática y apatía ciudadana (Zubero, 2008). ¿Cómo se debería contribuir a acrecentar la cultura política y la participación activa de los ciudadanos en los asuntos públicos de la sociedad? Nuestra primera respuesta siempre será “Educación”. Efectivamente, en un sistema democrático, es vital formar a los ciudadanos para que mantengan el proceso electoral, su pluralismo y las libertades civiles y políticas, pero también para que contribuyan a crear una cultura o atmósfera política, una política de participación que permita el debido funcionamiento del gobierno, con respeto a la libertad, la igualdad y que sea justo, y, finalmente, una participación que se vincule con el bien común. Esta formación ciudadana se inicia en la escuela y continúa a lo largo de toda vida.

Por un lado, la escuela debe ser una comunidad modelo de democracia, en la que se practiquen y respeten los principios democráticos, por otro, la formación en la escuela debe tener un currículo y procesos de gestión pertinentes que contribuyan con el desarrollo de competencias ciudadanas en el estudiante y que sean flexibles y coherentes con las exigencias democráticas de la localidad y del país. No se trata de politizar la escuela, sino de mostrarle a los estudiantes diferentes contextos cotidianos de la realidad local y global para su actuación ciudadana. Recordemos que la escuela permite un aprendizaje para la vida y los estudiantes deben estar próximos a su contexto social por estar inmersos en él.

Los estudiantes deben ser informados ampliamente de cómo funciona el sistema democrático y comprender los sistemas económicos, políticos, sociales y culturales, tal y como lo decía Schulz (2018), los estudiantes deben tener más información y conocimiento acerca de cómo funcionan los sistemas políticos y las instituciones cívicas, los lleva a percepciones más críticas sobre estos sistemas e instituciones. A largo plazo, facilitar a los jóvenes una mayor comprensión de asuntos cívicos tiene el potencial de proveer una mejor fundamentación para discusiones acerca de una reforma política entre futuras generaciones.

Por consiguiente, la formación en ciudadanía para respaldar el sistema democrático debe incluir:

  1. El reconocimiento, respeto y valoración del sistema democrático que salvaguarda los derechos humanos y las libertades fundamentales para una convivencia armoniosa.
  2. La comprensión de cómo se constituyen instituciones sólidas, transparentes y sin corrupción, respetuosas del Estado de derecho, el equilibrio de poderes y los procesos electorales plurales.
  3. El compromiso por la participación, una participación cívica ligada a la identidad, una participación política con deliberación y una participación social con la ejecución de diversos proyectos.
  4. La comprensión del funcionamiento de las instituciones del Estado y organismos autónomos, gobierno nacional, gobiernos regionales y locales y la evaluación de su desempeño a partir del conocimiento de la realidad económica y social en un contexto local y global.

En el 2019, realicé un análisis de contenido de las políticas educativas actuales y normas técnicas sobre formación en ciudadanía para conocer en qué medida están contribuyendo al fortalecimiento de la democracia. Uno de los documentos analizados fue el programa curricular de secundaria del Currículo Nacional 2016 y su modificatoria, éste reveló que si bien es cierto los desempeños, en gran medida abordan aspectos como sistema democrático, derechos humanos y libertades fundamentales, convivencia armoniosa y participación social; abordan solo parcialmente aspectos como: participación cívica y realidad económica y social, contexto nacional y global; finalmente, en menor medida se aborda temas como: Estado de derecho y Constitución Política, funciones de los poderes del Estado, instituciones electorales, partidos políticos, participación política, funcionamiento y evaluación de las instituciones del Estado, organismos autónomos, gobierno nacional, gobiernos regionales y locales, y sus autoridades.

Así se demuestra que el programa curricular de secundaria del actual Currículo Nacional de Educación Básica desarrolla parcialmente la formación en ciudadanía para el fortalecimiento de la democracia, puesto que deja totalmente de lado a la cultura política, es decir, la comprensión de cómo se conforman las Instituciones legítimas y se consolida un gobierno y administración pública eficaz. Este resultado es muy grave, no solamente porque no se ajusta al Proyecto Educativo Nacional, sino porque el Currículo Nacional es una política educativa en la que deben consignarse con precisión todas las competencias ciudadanas para la vida que van a desarrollar los profesores en las aulas con sus estudiantes.

Esta fragmentaria educación ciudadana se viene arrastrado desde hace varias décadas, lo puede corroborar el Estudio Internacional de Cívica y Ciudadanía (ICCS), realizado el año 2016. El cual reporta que 7 de cada 10 estudiantes está a favor de una la concentración del poder en una sola persona si es que garantiza el orden: 5 de cada 10, justifica desobedecer la ley por diferentes motivos o 4 de cada 10, está de acuerdo con diferentes prácticas de corrupción. Y nos alerta aún más que especialistas del Ministerio de Educación estén de acuerdo con excluir textos escolares que incluyen las palabras ideología de género, conflicto armado, aborto, conflicto social, dictadura, educación sexual integral como parte del contenido que busca desarrollar el pensamiento crítico de los estudiantes.

En conclusión, los estudiantes actualmente se encuentran recibiendo una formación en ciudadanía incompleta, puesto que contribuye parcialmente al fortalecimiento de la débil democracia actual. Los docentes, conscientes de estos alarmantes resultados, y desde nuestro rol, debemos flexibilizar el CNEB y abordar aspectos de cultura política de forma innovadora y participativa para no condenar al país a seguir prolongando la indiferencia ante un régimen democrático con rasgos autoritarios, sino más bien contribuir desde las aulas a fortalecer la democracia en el país.

Referencias

  1. Economist Intelligence (2023). Democracy Index 2023, Age of conflicto. London, United Kingdom. https://n9.cl/xar6d
  2. Ministerio de Educación El Perú en ICCS 2016: Informe nacional de resultados Primera edición, noviembre 2019. http://umc.minedu.gob.pe/wp-content/uploads/2019/12/RT-EM-2P-2018.pdf
  3. Ortiz, A. (2022) ¿Qué ciudadanos estamos formando? Políticas educativas sobre formación en ciudadanía para el fortalecimiento de la democracia en el Perú. Universidad Nacional San Agustín de Arequipa. Perú. https://n9.cl/ypdog
  4. Schulz, W; Cox, C; Ainley, J; Friedman, T. (2018) Percepciones de los jóvenes acerca del gobierno, la convivencia pacífica y la diversidad en cinco países de América Latina. Estudio Internacional sobre Educación Cívica y Ciudadana. Informe Latinoamericano. Amsterdam, Países Bajos: International Association for the Evaluation of Educational Achievement (IEA).
  5. Zubero, I. (2008). La participación de los jóvenes en una sociedad en transformación. Movimientos estudiantiles: resistir, imaginar, crear en la Universidad. País Vasco, España: Asamblea de Ciencias Sociales por una Universidad crítica.
Alicia Ortiz La Torre
Magister en Gobierno y Administración Pública en la Universidad Complutense de Madrid, Magister en Intervención Social en Sociedades del Conocimiento en la Universidad Internacional de La Rioja-España. Pregrado en Ciencias de la Educación y posgrado en Gestión y Administración Educativa de la Universidad Nacional San Agustín. Experiencia profesional como directora, acompañante, coordinadora y asesora para el cambio en temas pedagógicos, de gestión institucional, innovación y calidad educativa en instituciones públicas y privadas, en el ámbito escolar y gubernamental como SINEACE, el Ministerio de Educación y UNESCO. Fue mentora del Student Leadership Advisory Council de Teach For All y ha participado en conferencias globales de educación en Reino Unido, Nepal, España y Armenia, realizó pasantías en colegios de Europa. Ha recibido premios y reconocimientos por su contribución a la calidad educativa. Ha presentado sus investigaciones en ponencias a nivel nacional e internacional en temas de democracia, políticas públicas y formación en ciudadanía.