Edición 26

¿Qué nos engancha más: el Arte o la Educación Artística?

¿Qué movilizará más a nuestros estudiantes en las escuelas: el arte o la educación artística?

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Cynthia Capriata / Para EDUCACCIÓN

Reflexionar sobre esta dicotomía apunta a la implementación del currículo de arte en las aulas. Nos lleva a considerar las posibilidades de enseñar a través de obras de arte y desarrollar el pensamiento creativo y crítico de los estudiantes o de enseñar en su lado más mecánico, a través de ejercicios que les permiten desarrollar habilidades técnicas.  Es una dicotomía que exige conocer los agentes involucrados en la enseñanza de las artes dentro y fuera de las escuelas y que está interpelada por las características de cada escuela, la formación docente y la experiencia que cada docente tiene con los diferentes lenguajes artísticos. El docente puede tener mayor conocimiento desde las artes y a través de su práctica creativa comunicar a sus alumnos lo que condiciona una producción artística con urgencia y pasión.  O el docente puede tener una educación más intercultural, tal vez menos formal y sustenta su práctica educativa a través de la experiencia ancestral de su comunidad y de la región. O desde la perspectiva de la Historia del arte, el docente puede tener una especialidad más académica y puede facilitar la lectura de múltiples obras de arte de otras épocas y culturas favoreciendo la apreciación sobre la creación artística. También puede ocurrir que nos encontremos frente a un docente que equilibra expertamente ambas competencias al mismo tiempo que su práctica artística y educativa.

Lo importante es que cada docente sea consecuente con la filosofía de enseñanza que define su práctica, conozca sus fortalezas y por qué no, también sus debilidades para mejorarlas. Los contextos para la enseñanza de las artes son muy amplios y toda reflexión que los docentes puedan hacer sobre su propia práctica, las metodologías que utilizan y el contenido que escogen enriquece la enseñanza de las artes y beneficia a los estudiantes. Esto se hace urgente a propósito del nuevo currículo. Es un buen momento para tomar conciencia de cómo viene uno enseñando y dedicarle tiempo a conocer más a fondo lo propuesto para la educación artística en las escuelas. Especialmente, definir conceptos presentes en el currículo. Conocer cuáles son los procesos pedagógicos nuevos que van a transformar los hábitos de mente y ampliar las prácticas artísticas y culturales de los estudiantes. Uno puede empezar preguntándose, ¿qué tiene que ver este documento conmigo? ¿Cómo puedo integrar esta propuesta a la manera como he venido enseñando hasta ahora? ¿Qué necesito saber para contribuir al desarrollo integral de mis estudiantes?

Respondiendo a la pregunta, arte o educación artística

El enfoque multicultural del nuevo currículo celebra el pluralismo. El aprendizaje multicultural promueve la investigación y los intercambios culturales con una variedad de manifestaciones y expresiones artísticas y culturales. Prepara a los estudiantes a desarrollar capacidades creativas y críticas que valoran la importancia de las relaciones, la convivencia, la cultura y el contexto de la enseñanza.  Desarrolla también la capacidad de interacción de cada estudiante con sus pares, con la comunidad dentro y fuera de la escuela y con obras de arte de todo tipo. Este enfoque se presta para crear intercambios de mutua relación, relaciones de mutuo florecimiento entre el arte y la educación artística desde una temprana edad. Digo florecimiento porque no hay nada que reemplace el contacto directo con obras de arte o como invitar a los mismos creadores si se puede a la escuela para que los estudiantes conozcan de primera mano sus preocupaciones/intereses, los retos creativos que se proponen y lo que condiciona sus procesos de trabajo. Son relaciones que se establecen con el entorno que complementan el hacer y el apreciar, fortalecen las competencias de creación y apreciación, y los procesos creativos y de análisis crítico. El arte y la educación artística están totalmente entrelazados. La presencia de ambos en las escuelas crea entornos educativos estimulantes y culturalmente vigentes.

Sabemos que la capacidad creadora está presente en todos los estudiantes. Sin embargo, son las experiencias artísticas y estéticas que el docente diseña que tienen el potencial de ser transformadoras. El nuevo currículo propone el trabajo interdisciplinario que apunta a la integración de los lenguajes artísticos y/o la integración de las artes con otros aprendizajes. Es una propuesta difícil de implementar de golpe, más no imposible. Requiere trazar metas realistas, una articulación fina y de trabajo colaborativo entre docentes. Principalmente requiere de capacitaciones que modelen ejemplos de prácticas efectivas. Este enfoque promueve el aprender con la integridad de la persona. Toma en consideración los múltiples aspectos del estudiante como son los aspectos cognitivos, afectivos, sociales y físicos. Esta transversalidad para aprender permite abordar el conocimiento nuevo desde una variedad de ángulos y les permite a los estudiantes utilizar el conjunto de sus inteligencias para alcanzar su potencial creativo. Es a partir de experiencias variadas con el arte y la educación artística que los estudiantes afirman sus identidades y desarrollan un sentido cultural propio. Está demás decir que la diversidad cultural enriquece la construcción de la identidad personal y colectiva.

De la mano con su sentido de identidad, ¿que los lleva a acciones participativas y creativas?

Un buen programa escolar se caracteriza por la sinergia y el balance que se crea entre el arte, la educación artística y/o la integración con otros aprendizajes que les permite a los estudiantes experimentar múltiples maneras de interactuar con el trabajo creativo de otros, con las experiencias vividas y compartidas entre sí por los estudiantes y, cada uno, con su propio proceso de aprendizaje. El currículo nuevo propone hacerlo con la creación de proyectos que pueden variar en complejidad y duración. El ideal sería hacer un proyecto por bimestre aunque no queda totalmente claro si se refiere al trabajo basado en proyectos o a la creación de proyectos como parte de la competencia de creación.  Lo primero exige un compromiso mayor si se busca crear experiencias significativas y enfocar en lo esencial del aprendizaje a través de la gestión autónoma de los estudiantes. De igual manera pensar en términos de proyectos los involucran a los estudiantes de manera activa en los procesos de planificación, experimentación e indagación, selección, creación, presentación, apreciación y evaluación. Cultiva en ellos la exploración activa y la reflexión, así como la expresión personal o colectiva a través de los lenguajes artísticos.

Conviene imaginar qué es lo que abre para los estudiantes las vías hacia ese torbellino de ideas que los lleva a seguir pensando y sintiendo, desarrollando y descubriendo. Aquí nuevamente la relación el arte y la educación artística son importante. Está demás decir que en la experiencia artística y estética todas las modalidades son válidas para aprender a preparar, aplicar, hacer, resolver y solucionar tanto como a apreciar, traducir, explicar, interrelacionar, sintetizar y extrapolar problemas creativos y de análisis crítico. Es a partir de experiencias investigadas y planificadas adecuadamente que los estudiantes participan de procesos interactivos de creación, comunicación y diálogo. Son procesos complejos de aprendizaje que integran saberes, habilidades, valores así como actitudes. El carácter flexible y ágil del proceso creativo y de análisis crítico se nutre de conexiones nuevas que hacen posible plantear problemas e identificar soluciones. Eso es posible gracias a las habilidades de artistas curiosos y/o situaciones creativas desafiantes y motivadoras que nos llevan a imaginar, generar, planificar, enfocar ideas y experimentar.

Ejemplo de un aprendizaje basado en proyectos o de un proyecto largo

La primera vez que enseñé tejido textil a estudiantes de 2 grado de primaria fue en Abu Dhabi. Fue un proyecto a largo plazo que duró y duró… Los estudiantes tenían dificultad entendiendo su participación en la construcción de una superficie. Había que crear con constancia.  Una vez que eso ocurría, el proceso les devolvía a los estudiantes información útil y valiosa para seguir trabajando, les daba experiencia que nutría a su vez el proceso y así sucesivamente.  De esta manera hacían crecer su tejido textil de manera orgánica y fluida.

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Salí a buscar la diversidad de un proceso creativo que todavía no tenía en mi clase

En lo contemporáneo, todo empezó con un viaje a Dubai en el que conocí el sentido crítico de un grupo de artistas Emirati en la casa/museo de arte contemporáneo The Flying House. No es que todos los trabajos tuvieran que ver con tejidos. El concepto estaba presente en los procesos, había muchos objetos hechos a mano.  Uno podía reconocer acciones rítmicas, repetitivas casi hasta meditativas, especialmente en el trabajo de Hassan Sharif. Con la transformación de materiales simples como papeles, cartones, telas de algodón, tapas de plástico, hilos y cucharas de metal entre otros, creaba una conexión con hábitos de consumo en respuesta a la fiebre consumista del país. Ese era el contexto que hacía que uno pensara en las obras como artefactos representativos de su sociedad creados por individuos vinculados a un tiempo y un lugar determinado. La acumulación evidenciaba el paso del ser humano para cuestionar lo funcional, lo inútil, lo fabricado o lo creado y recreado. Estos productos/desechos de consumos se transformaban en objetos tejidos o en ensamblajes complejos.

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Talleres para la exposición “La Historia del bordado islámico en tradiciones nómadas y urbanas”.

En lo tradicional, el gobierno de Abu Dhabi me contrató para dictar un taller de tejido y bordado para acercar las obras de la exposición al público.  Los talleres proporcionaron una plataforma para analizar los tejidos y los bordados, comparando y contrastando dos regiones distintas del mundo, Marruecos y Uzbekistán. En la galería, el objetivo fue obtener una mayor conciencia de la complejidad de los diseños; la relación entre la forma y el contenido en el contexto de una determinada sociedad o de otras consideraciones universales acerca de la propias prácticas culturales a través del análisis visual de 3 o 4 obras ejemplares. El objetivo principal del taller fue darle sentido a las expresiones creativas de los participantes para comprender que las contribuciones originales del proceso dependen de sus propias decisiones, resolución de problemas y que celebran la experiencia compartida de trabajar juntos. Por encima de todo, fue maravilloso poder reconocer cómo el arte de tejer y bordar cruza fronteras geográficas y nos enseña las prácticas tradicionales / innovadoras de artistas y artesanos en las dos diferentes sociedades.

Dado que el tejido está presente en todas las culturas- mediante la práctica de un arte tradicional, se logra ser parte de una conexión con el pasado y eso es lo que permite que las culturas sigan creciendo-, el primer componente del taller implica definir términos y conceptos relacionados al tejido textil, el proceso de construcción y la relevancia cultural para revisar los niveles de experiencia. Esto ancló la visita en la galería alrededor de conceptos esenciales y permitió centrar la exploración en la relación entre la superficie y el diseño desde diferentes ángulos. Las preguntas cubrían aspectos básicos desde ¿Qué es un tejido (arte- textil relacionado con una superficie? ¿Qué mantiene la superficie unida (el entrelazado entre 2 hilos que se cruzan)? ¿Cómo funciona (nombre técnicos, materiales…) hasta abordar conceptos más sofisticados como, ¿cuál es la relación entre la tradición y la innovación? ¿Pueden prácticas tradicionales ser originales? ¿Cuál es el valor de trabajar con las manos/ la máquina? ¿De qué manera el uso de diferentes técnicas afecta a los materiales y vice versa? ¿La función de un objeto cambia la intención estética y viceversa? ¿Puede el arte popular ser considerado tan valioso como el arte culto? En última instancia estas consideraciones no ayudaron mucho a mis estudiantes de 2 grado que tenían que adquirir experiencia directa en su trabajo de coordinación mano / ojo para crear utilizando sus sentidos.

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Uniendo experiencias…

El aprendizaje dio lugar a un cambio personal y social tanto para los estudiantes como para mi práctica educativa y artística. ¡Este proyecto fue desafiante para ellos y transformador para mí! Como reflexión, lo asombroso es que materiales y procesos similares presentan retos que pueden tener diferentes soluciones. La forma de emprender, organizar, construir o configurar una obra de arte puede ser personal y tener motivos y colores particulares. Convivimos con el aprendizaje por meses integrando un poquito de tecnología al comienzo. Un video muy corto encaminó el proceso. No tomó mucho convencerlos porque la textura de los materiales los sobrepasó. Tenían mucha ilusión de usarlos y gran expectativa de ver cómo iban a construir una superficie y lo que vino después todavía estaba fuera de su imaginación. ¡Al comienzo no entendían bien el proceso y menos la dedicación que le iban a tener que poner a sus trabajos! Lo que fue automático fue el sentido de comunidad que se creó. La curiosidad y el espíritu lúdico envolvieron el aprendizaje. Se sintió auténtico desde que hicimos el vínculo con la creación. Pronto se hicieron visibles las diferentes necesidades de los estudiantes, en términos de estilos de aprendizaje y de ritmos y secuencias. La clase se llenaba de sus voces intercambiando exploraciones sobre las diferentes maneras de utilizar los materiales y los procesos. Aprovechaban al máximo el tiempo y lo mejor es que constantemente monitoreaban su propio aprendizaje. Sí, una vez que habían entendido cómo trabajar el tejido textil, ellos trazaban sus metas. Primero deconstruyeron para entender la trama de un material como el tocuyo, luego en los espacios vacíos reconstruyeron con hilos y lanas, otro ejercicio en paralelo fue usar tiras de papel ya cortadas para crear enlaces que mantuvieran las tiras unidas. Por fin utilizando un cartón de apoyo, construyeron una superficie. Luego construyeron y diseñaron (almohadas, muñequeras, gorros, carteras) y en lo más elevado planificaron, construyeron y diseñaron un tejido textil que tenía elementos 3D desde la tensión de los hilos para la urdimbre.

Reitero mi firme compromiso de seguir con la enseñanza y el aprendizaje del arte a través de una educación artística como marco de pensamiento más que como un medio para la creación de un producto. ¿Qué significa eso? Lo que significa es que el arte puede ir más allá de la comprensión estética de nuestra vida cotidiana para convertirse, como es el caso del tejido y el bordado, en una expresión cultural, esencial para conectar con otros en nuestros diversos entornos.

 

Cynthia Capriata, Poncho Talismán, técnica mixta tejidos y pintura acrílica sobre tela, Abu Dhabi 2010
Cynthia Capriata, Poncho Talismán, técnica mixta tejidos y pintura acrílica sobre tela, Abu Dhabi 2010

Lima, 07 de noviembre de 2016

Cynthia Capriata
Cynthia Capriata es pintora, ilustradora y calígrafa. Estudió en el Bard College, Annandale-on-Hudson en Nueva York (1976 – 1978); y en School of Visual Arts de Nueva York (1981). Tiene dos maestrias en el Teachers College, Columbia University, Ha trabajado como artista en Nueva York. Ha presentado numerosas muestras individuales. Ha sido coordinadora del área curricular de arte en el Ministerio de Educación.