Edición 69

Reconocimiento de los aprendizajes a lo largo de la vida

El reconocimiento de los aprendizajes no trata de pedir u otorgar un cartón, trata de fomentar el desarrollo de los recursos humanos a través de la formación, contribuyendo así a la mejora de la empleabilidad y logrando un impacto en el desarrollo económico y social de las personas.

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Carol Vega Tupia | EDUCACCIÓN

Todos alguna vez hemos conocido a alguien que no ha podido acceder a estudios superiores o culminarlos o que, simplemente, ha optado por una vía de formación diferente a la formal[1]; e incluso, en muchos casos, que se han valido solo de la experiencia laboral para aprender un oficio u ocupación. Mi padre, por ejemplo, desde muy joven incursionó en el oficio de soldador, no estudió en ningún instituto, no llevó ningún tipo de educación formal. Todo lo que aprendió fue a través de la experiencia.

Así como mi padre, en nuestro país son muchas las personas que se han hecho de oficios u ocupaciones a través de la experiencia, y no obtienen un reconocimiento por estas competencias[2] obtenidas a lo largo de su vida y menos una homologación de éstas dentro del sistema educativo formal. Es lógico que, bajo estas condiciones, las personas no obtengan un reconocimiento económico en la magnitud que se esperaría, después de tantos años de esfuerzo y dedicación en el perfeccionamiento de sus desempeños[3].

Para corregir esta situación, es necesario que el Estado apueste por un cambio de paradigma que permita el reconocimiento de estas competencias dentro del sistema educativo formal. Existe ya un instrumento utilizado mundialmente por los gobiernos para este fin, el Marco de Cualificaciones o Marco Nacional de Cualificaciones, que compromete a todo un país[4]. Este instrumento de política permite el reconocimiento de las competencias profesionales y fomenta la transitabilidad[5] entre las diferentes vías de formación y educación.

En el año 2004 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) formuló la Recomendación 195, la misma que se configuró como eje orientador de políticas de formación, educación y empleo de los países miembros. En ella se recomienda “desarrollar un marco nacional de cualificaciones que facilite el aprendizaje permanente, ayude a las empresas y las agencias de colocación a conciliar la demanda con la oferta de competencias, oriente a las personas en sus opciones de formación y de trayectoria profesional, y facilite el reconocimiento de la formación, las aptitudes profesionales, las competencias y la experiencia previamente adquiridas; dicho marco debería ser adaptable a los cambios tecnológicos y a la evolución del mercado de trabajo, y dar cabida a las diferencias regionales y locales, sin que ello le reste transparencia en el plano nacional.
Es importante señalar que con la adopción de un Marco de Cualificaciones para el país no se pretende dejar de lado las vías formales de educación, como son la universidad, los institutos, etc., pero tampoco que todas las personas se vuelvan universitarias o que terminen una carrera técnica de tres años. Lo que se pretende -que es lo transcendental- es que este instrumento permita reconocer y validar competencias, indistintamente de las vías con las que fueron obtenidas, y además, permita a todas las personas que así lo decidan, transitar libremente en él y continuar una trayectoria formativa hasta el nivel que deseen.

Al confluir diversas vías de formación en este instrumento se abre paso a la transitabilidad  tanto entre vías como en sus distintos niveles de cualificación[6]. A continuación, a modo de ejemplo, se presenta cómo se vería un Marco de cualificaciones del Perú[7] y la dinámica que desarrollaría.

Gráfico 1: Simulación del Marco Peruano

Fuente: Elaboración propia.

Entendiendo que el Nivel 1 es el más básico y el 6 el más complejo y que, a cada uno de ellos le corresponde ciertas competencias, que se pueden lograr por vías formales o no formales, veamos el caso de Daniel.

Daniel es un joven que egresó de la secundaria y encontró un trabajo como ayudante en un taller de mecánica. Con el tiempo -a través de la experiencia laboral- ha logrado hacerse de ciertas competencias. Como es de suponer, empezó con cosas básicas, como conocer las herramientas, limpiar piezas, ajustar tuercas, etc. Después de un par de meses empezó a cambiar repuestos y luego de casi un año ya puede reparar motores por sí solo. Ojo con esto, Daniel no se ha limitado a obedecer órdenes, sino que ha aprendido a desempeñarse con autonomía frente a diferentes retos. Ahora Daniel quiere aprender a hacer reparaciones más complejas ¿Qué le podríamos aconsejar considerando la herramienta del Marco? Pues veamos:

  • ¿Cuál es el nivel de cualificación inicial de Daniel? Es el nivel 2. De aquí partimos.
  • ¿Qué carrera técnica está relacionada con la experiencia de Daniel? Mecánica automotriz.
  • ¿Qué competencias de mecánica automotriz posee Daniel? Habría que evaluarlas[8]. Imaginemos que luego de evaluarlas se corrobora que Daniel posee 1 competencia de las 3 que se exigen a un Técnico en mecánica automotriz.
  • ¿Cómo haría Daniel para poder lograr las otras competencias que le faltan? Daniel podrá optar por ingresar a la oferta educativa formal o llevar algunos cursos de la oferta educativa no formal que le ayuden a lograr las competencias que le exigen. Daniel puede elegir transitar por ambas vías de formación en distintos momentos.

Con el caso de Daniel he querido dibujar a grosso modo la dinámica de funcionamiento del Marco: primero, con el logro del reconocimiento de sus competencias logradas y, segundo, con el libre acceso para transitar por diferentes vías de formación, si así lo decide.

“(…) la adopción de un Marco Nacional de Cualificaciones indica que un país dispone de un sistema único para expresar las competencias de sus trabajadores y que se acepta la equiparación de niveles educativos formales con niveles de competencia.” (OIT/Cinterfor, 2020[9]).

Ya en América Latina algunos países han aceptado y apostado por lograr el reconocimiento de las competencias de sus ciudadanos, así como la transitabilidad en sus sistemas de educación y formación. Tenemos, por ejemplo, a: Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, México, Panamá, Perú y República Dominicana[10]. En el caso peruano el Marco de Cualificación Nacional o Marco Nacional de Cualificaciones (MNC) aún no ha sido formalizado, pero se vienen sumando esfuerzos para lograr su concreción desde los Ministerios de Educación, Trabajo y Producción, así como de diversos sectores productivos y de la sociedad civil organizada y representada a través de gremios de trabajadores.

Al ser el Marco de Cualificaciones un instrumento que impacta en aspectos de formación, educación y empleabilidad de las personas y su desarrollo, su uso a nivel político es transversal a varios sectores públicos, convirtiéndose así en un referente para la toma de decisiones. Algunos de los aspectos en los que el Marco tendrá implicancias son:

  • La pertinencia de la oferta formativa.
  • Formación ad hoc de las competencias solicitadas para un puesto de trabajo determinado.
  • Mejora de oportunidades laborales (empleabilidad) que se corresponden con el desarrollo individual y social.
  • La oportunidad de escalar y transitar entre los distintos niveles y las vías de formación, respectivamente.

Un aspecto importante en el que hacen incidencia los Marcos es respecto de la perspectiva de género, toda vez que orienta a promover mejoras en la empleabilidad de la mujer, permitiéndole la inserción a un mercado laboral competitivo y a un desarrollo social activo[11]. A marzo de este año, en nuestro país la brecha sigue siendo abismal.

Dato importante

“Según el Informe Técnico “Perú: Comportamiento de los indicadores de mercado laboral a nivel nacional” [1] del INEI publicado en marzo 2021, indica que el 60,7% de los empleos formales son ocupados por hombres y el 39,3% por las mujeres.”

Sabemos que hay muchas brechas por cerrar para lograr una sociedad más justa y equitativa para todos y todas, y si bien una herramienta como el Marco de Cualificaciones no solucionará todos nuestros problemas como sociedad, que tampoco es su intención, sí contribuye a que las personas vean reconocidas sus competencias y se les permita acceder libremente a diversas vías de formación y educación, y así puedan seguir escalando a los niveles más altos, si lo deciden. Puede ser el caso de tu alumno que en la secundaría tenía más preferencia por la clase de educación para el trabajo -taller de carpintería- que por química, o como tu hermano que, a diferencia tuya, le gusta arreglar carros y prefiere estudiar mecánica automotriz antes que pasarse 5 años en la universidad y hacer una maestría en el extranjero; o como el técnico que repara tu lavadora o como el agricultor que siembra y cosecha esas verduras orgánicas que compras cada fin de semana o como el barbero que te hace lucir ese estilo hípster o tu profe de yoga que te ayuda a encontrar tu centro, etc.-

Necesitamos revolucionarnos cultural y socialmente. Encaminemos nuestras propias experiencias a la luz de la experiencia de otros países ¿por qué no?  Tendremos errores, sin duda, y de ellos aprenderemos, el reto está próximo a iniciarse, empecemos desde ya por cuestionarnos, por desechar la idea de que solo los universitarios – esa pequeña élite – genera valor a la sociedad. Nada más equivocado. ¿Qué haríamos sin todas estas personas que nombro líneas atrás? Cada oficio y ocupación tiene valor y es tan noble y digna como cualquier profesión.

Esto es lo que impulsa el Marco de Cualificaciones, no es solo un instrumentito más, mal haríamos en concebirlo de esa manera, el Marco viene a revolucionar nuestro status quo, a sacudirnos las telarañas, a invitarte y desafiarte a nuevos retos, a decirte que puedes seguir perfeccionándote cada vez más y desarrollar habilidades que te permitan estar a la vanguardia en este creciente mundo globalizado, a decirte que no se trata de cuántos títulos o grados tengas sino de lo competente que eres al hacer las cosas y hacerlas bien.

Lima, 5 de abril de 2021

NOTAS

[1] Oferta educativa que ofrece títulos oficiales (Institutos, universidades).
[2] Hace referencia a los conocimientos, las aptitudes profesionales y el saber hacer. La nueva Recomendación 195 de OIT. Desarrollo de los recursos humanos: educación, formación y aprendizaje permanente. 2006. Montevideo, Uruguay.
[3] Los desempeños son las acciones observables que combinan conocimientos, capacidades, habilidades y aptitudes de las personas para lograr su objetivo.
[4] Existen tipos de Marcos según su alcance: Marcos nacionales, abarcan todo un país; Marcos sectoriales, abarcan un sector económico; Marcos subregionales, abarcan algunas regiones de un país; y los Marcos regionales, abarcan un conjunto de países. Inventario analítico de experiencias de construcción e implementación de marcos de cualificaciones en América Latina. Organización Interamericana para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional – OIT/Cinterfor. Montevideo. Setiembre, 2020.
[5] Se refiere a la libertad de transitar entre las vías de formación y los niveles de cualificación de un Marco. Se puede mencionar dos tipos de transitabilidad: Transitabilidad vertical, se refiere a la libertad de transitar entre los distintos niveles del Marco nacional de Cualificaciones. La transitabilidad horizontal, se refiere a la libertad de transitar entre la oferta educativa y formativa.
[6] Hace referencia a las habilidades profesionales del trabajador. La nueva Recomendación 195 de OIT. Desarrollo de los recursos humanos: educación, formación y aprendizaje permanente. 2006. Montevideo, Uruguay.
[7] El diseño y priorización de elementos contemplados en un marco de cualificaciones depende de cada país.
[8] Cada competencia puede ser evaluada, y hay diversas formas de hacerlo, para lograr su certificación. Tanto las competencias como las cualificaciones son certificables.
[9] Inventario analítico de experiencias de construcción e implementación de marcos de cualificaciones en América Latina. Organización Interamericana para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional – OIT/Cinterfor. Montevideo. Setiembre, 2020.
[10] Ibid.
[11] Este aspecto se rescata de la Recomendación hecha en el 2004 por la OIT para la construcción de los MNC.

Carol Vega Tupia
Licenciada en Educación de la Universidad Nacional Federico Villarreal. Cuenta con estudios de Maestría en Gerencia Social (Pontificia Universidad Católica del Perú), y posgrados en Primera Infancia (Universidad Nacional Mayor de San Marcos) y Gestión Educativa (IPAE); y Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública por la Pontificia Universidad Católica del Perú, The George Washington University y CAF - Banco de Desarrollo de América Latina. Con experiencia en el sector público y privado en ámbitos de gestión, y docencia en educación básica y posgrado. Se ha desempeñado como especialista en Formación Docente en el Ministerio de Educación. Ha integrado equipos de trabajo en consultorías sobre formación docente convocadas por UNESCO. Ha coordinado desde Enaccion SAC el equipo de consultores de diseño y actualización curricular de institutos de educación superior pedagógicos y tecnológicos, a solicitud de Procalidad.