Edición 44

Referéndum: una lección de ciudadanía

Hagamos del referéndum un acto pedagógico de ejercicio democrático en tiempos de debilidad institucional

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Patricia Correa Arangoitia | EDUCACCIÓN

¿Cuánto valor tiene el referéndum para los peruanos y peruanas en momentos de debilidad institucional? ¿Qué oportunidad tiene  la escuela para incorporar y discutir el valor de la democracia en momentos como estos? Son preguntas que necesitamos resolver.

El Referéndum es un mecanismo de democracia directa, insertada en la Constitución de 1993. Es una figura constitucional que permite a la población, de manera directa y excepcional, responder si está de acuerdo o no con aquellas propuestas de reforma que son sometidas a consulta. Sin embargo, el valor intrínseco del referéndum no está en el acto mismo en el que se expresa la voluntad de respaldar o rechazar dichas propuestas el día del sufragio y escrutinio, sino más bien en el ambiente previo al mismo, que debería ser un acto pedagógico, dotado de un debate ciudadano, donde haya confrontación de ideas, opinión informada, análisis, un diálogo que permita construir sentidos colectivos, más allá del ejercicio del voto individual secreto.

En momentos donde las instituciones están deslegitimadas y generan desconfianza, el anuncio del Presidente Vizcarra, el pasado 28 de julio, acerca de “iniciar el procedimiento para convocar a referéndum para proponer cambios constitucionales con mayor legitimidad” resulta, entonces, una gran oportunidad. Una oportunidad para participar de toda la ciudadanía, para decidir sobre temas específicos pero trascedentes para una democracia como la nuestra. Decisiones que, por esencia de la democracia representativa, está delegada por la ciudadanía a los partidos políticos, con los que, lamentablemente, hoy no se siente representada.

La figura del referéndum, es una institución de la democracia directa que se incorporó en la constitución del 1993, paradójicamente, en un régimen autoritario que buscó legitimarse con esta figura constitucional.

Por ello, resulta clave como país y desde el sistema educativo tomar este proceso como una oportunidad para fomentar el interés de todos por la democracia, capaz de generar debate en las escuelas como práctica y valor pedagógico de un ejercicio ciudadano, donde el problema de la corrupción resulta una puerta de entrada para hablar del país en el que queremos vivir.

Los últimos acontecimientos han puesto en evidencia el nivel de corrupción que se mueve en el Perú y, aunque sabíamos que existía, el impacto ha sido fuerte en distintos niveles de nuestra sociedad. Cito la reacción de miles de escolares en todo el país, expresada de diversas formas, lo cual es signo de que una nueva generación tiene claro su rol. Mejor expresión de ciudadanía, imposible. Donde dicha reacción se convierta en una proacción ciudadana y republicana.

La apertura del debate en las escuelas, a diferencia de un acto electoral, permitirá emitir una opinión viva, presente y firme, sobre puntos que sean considerados en la agenda política. Tal vez sea allí, en la escuela, donde encontremos mayores luces y esperanzas que en el propio Congreso de la República. Debemos generar espacios de debate de los docentes en la escuela a través de las diferentes áreas.

El mensaje es claro, desde y para la escuela: formar mejores ciudadanos en libertad y diversidad de opinión, con capacidad crítica, tal como lo demanda el Proyecto Educativo Nacional.

No habrá reforma o refundación de la República sin que antes, el proyecto que queremos, pase por el sistema educativo. Son las escuelas y las universidades, las llamadas a promover el debate como ejercicio democrático para argumentar posiciones sobre lo que aspiramos para el país. Empecemos con los temas que el presidente propuso: reformas del Consejo Nacional de la Magistratura, bicameralidad, reelección de congresistas, entre otros.

El mejor texto que tienen los estudiantes y maestros es la realidad, y hoy se constituye en el libro que deberán escribir inspirados en la ética ciudadana y el bien común. La escuela tiene ese gran reto.

Finalmente, la democracia se construye día a día, y la escuela es el mejor espacio para hacerla realidad. Sin ninguna duda, este acto de referéndum es el ejercicio democrático que –hoy en día-  podrá empezar a hacernos una mejor sociedad.

Lima, 3 de agosto de 2018

Para citar el artículo en APA:
Correa, P. (2018). Referéndum: una lección de ciudadaníaEducacción, Año 4 (44). https://bit.ly/2Mu9Ozq

Patricia Correa Arangoitia
Experta en gestión de políticas educativas y gestión descentralizada, educadora de profesión, tiene una maestría en Gestión Pública en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha sido Jefa de la Oficina de Coordinación Regional del Ministerio de Educación, y también asesora en descentralización educativa en el Consejo Nacional de Educación.