Luz Gómez García/ El País
Hace tiempo que los sirios han perdido la confianza en casi todo: en las instituciones internacionales, en la política, en la guerra y a menudo hasta en la paz. Es mérito incontrovertible de la brutalidad del régimen de los Asad, con el auxilio impagable de los yihadistas y el mutis de la llamada comunidad internacional. Y sin embargo, esos mismos sirios aún encuentran medios casi imposibles con que alimentar su capacidad de resiliencia frente a la violencia estructural, los bombardeos y las armas químicas. Ni siquiera la reciente caída del bastión del ISIS en Raqqa les garantiza un porvenir digno de tal nombre… Leer más