Erika Reinkendorf / EDUCACCIÓN
Sembrando Juntos es una organización sin fines de lucro que busca transformar las comunidades de Pachacutec y Bocanegra, utilizando como vehículo una filosofía educativa socio constructivista.
Actualmente tenemos 2 escuelas que se enfocan en la primera infancia, es decir, en niños de 0 a 5 años. La primera infancia es una etapa determinante en la vida de las personas, tanto la arquitectura del cerebro como las experiencias afectivas y educativas que se forman en ese período tendrán una repercusión directa en el resto de su vida. Sembrando Juntos apuesta por trabajar un proyecto educativo integral centrado en esta etapa del desarrollo del ser humano.
La semilla
Desde el 2009 hemos impactado a más de 1400 niños, a sus familias y entorno, pues trabajamos de manera integral a través de cuatro ejes: filosofía educativa, medio ambiente, padres de familia y comunidad.
La filosofía educativa busca que los niños aprendan a través de experiencias y de la interacción con su entorno. En nuestras aulas no existen pizarras, más bien una de nuestras estrategias es el trabajo en sectores, donde los niños crean y juegan (arte, construcción, hogar, literacidad). Las profesoras no dictan contenidos, sino acompañan, alimentan y guían los intereses de los niños, que van surgiendo de manera espontánea como también a través de provocaciones planteadas por las maestras. Así, se desarrollan proyectos de investigación a lo largo del año directamente relacionados a lo que observan los estudiantes en su día a día. De esta manera, cumplimos con desarrollar las competencias requeridas por el Ministerio de Educación sin apagar la capacidad de asombro innata en los niños.
En el eje medioambiental, los estudiantes han venido explorando en el biohuerto las diversas maneras en que se desarrolla un ecosistema. Asimismo, hemos establecido una alianza con la ONG Ania, un proyecto con más de 25 años de experiencia en educación ambiental. Este año se implementará la metodología Tierra de Niños (TiNi) brindando un espacio donde, al interactuar con la tierra, puedan valorar la vida, la cultura, su identidad y el medio ambiente. Otro elemento importante alineado a este eje es la utilización de material reciclado tanto en el mobiliario de la escuela como en los insumos que traen los padres de familia para las actividades en el aula.
No sirve de nada que los alumnos trabajen esto sólo en la escuela, si es que en casa la interacción es muy diferente. Es por eso que trabajamos de la mano con los padres de familia de manera que ellos también aplican esta filosofía en sus hogares. Por otro lado, brindamos a los padres talleres con una metodología participativa, en los cuales se traten temas que parten de las necesidades que ellos mismos manifiestan, como por ejemplo nutrición, crianza, acceso a servicios y vivienda digna. Gracias al trabajo en equipo, existe un alto compromiso de los padres en la educación de sus hijos.
Finalmente, lo que buscamos no es una intervención que se quede en el aula, si no más bien transformar a la comunidad desde adentro. Así, se identifican líderes en la comunidad, se brindan herramientas de crecimiento personal (no sólo para nuestros estudiantes y sus familias, si no para todos los que viven en la zona), y se empodera a los miembros de la comunidad para que sean ellos mismos los que, en un futuro, continúen transformando su entorno, sin necesidad de que dependan de un agente externo.
Los frutos
El año pasado se realizó una prueba comparativa utilizando como grupo de control a una escuela de la zona, con características similares a la nuestra. Así, aplicamos la prueba Early Childhood Enviromental Rating Scale (ECERS), la cual evalúa la calidad del entorno educativo y sus beneficios en el desarrollo de los niños de 2 a 5 años. Las subescalas evaluadas fueron siete: interacción, actividades y materiales, calidad del espacio, lenguaje y razonamiento, cuidado personal, provisiones de padres de familia y estructura del programa. Los resultados permitieron visibilizar el buen trabajo realizado por el equipo.
Dado que esta prueba ha sido adaptada tanto a nivel latinoamericano como a nivel nacional, es posible compararnos con los resultados de Perú, Chile y Paraguay. En la escuela ubicada en Pachacutec, el promedio fue de 4.47 (de un total de 7 puntos como máximo). Así, hemos superado los resultados de los promedios de estos tres países (3.07, 3.96, y 2.0, respectivamente).
Próximas cosechas
Nuestros resultados nos inspiran a querer replicar este proyecto en otras comunidades y así poder llegar a más niños y familias. Para dar este salto, hoy en día necesitamos involucrar a más personas que estén interesadas en ser parte de esto. La idea es que cada uno pueda aportar desde sus posibilidades. Actualmente tenemos aliados que nos apoyan de diversas formas, por ejemplo, especialistas que capacitan a los padres de la familia y miembros de la comunidad, donantes individuales que apadrinan a un niño, empresas que financian un aula.
¿Qué tal si nos permitimos soñar un Perú donde existan más escuelas como esta en zonas donde no llega un servicio educativo de calidad? Cambiemos la historia, construyamos un país más justo donde todos puedan tener la oportunidad de desarrollar sus potencialidades al máximo.
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Escríbenos si quieres colaborar con el proyecto o entérate más en:
Video: https://vimeo.com/207817291
Web: http://www.sembrandojuntos.org/
Facebook: Sembrando Juntos
Lima, 9 de abril de 2017