Edición 67

Un modelo centrado en la persona y su trayectoria: Big Picture Learning

Un estudiante de 3° de media de otra escuela pública visitó la nuestra y se asombró con las historias de nuestros chicos y sus programas personalizados. ¿Es este el cielo?, exclamó

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Roberto Barrientos Mollo | EDUCACCIÓN

¿Qué pasaría si te dijera que existe una escuela secundaria centrada en la pasión de cada estudiante y donde estudian 24 horas al día, los 7 días de la semana? Una escuela donde la familia y la comunidad están plenamente involucradas. Quisiera presentarte las escuelas Big Picture Learning.

Escuché hablar de Big Picture Learning (BPL) en una conversación con Santiago Rincón Gallardo y luego encontrarlo citado en algunos de sus artículos (Farrell, Manion, & Rincón-Gallardo, 2017; 2019). Presenta a BPL como un ejemplo de aprendizaje profundo que involucra a la comunidad.  Es así que decidí conocer mejor este modelo.  Encontré su página web, luego vi este video donde se muestra el caso de una escuela secundaria en Nashville. Inspirador.  De los cinco días de la semana, los estudiantes están tres en el colegio y dos con su mentor aprendiendo y acompañándolo en su centro de trabajo. Es por lo que se le llama Aprendizaje Basado en Pasantías.

Me contacté con la sede de Italia. La escuela está situada en la ciudad de Biella, capital de la región Piamonte. Me respondieron pronto y una de sus fundadoras, Chiara, tuvo a bien regalarme una hora de conversación sobre el modelo y cómo funciona. Me llamaron la atención dos cosas de la conversación. En primer lugar, su descontento con el sistema tradicional y sus ganas de hacer algo distinto. Era una hacedora, una doer, alguien que no se queja, sino que busca soluciones. En segundo lugar, me sorprendió saber que los docentes de la escuela Big Picture Learning Italia son voluntarios. ¿Un colegio gestionado por voluntarios? En efecto, los docentes son voluntarios y solo cuenta con 3 personas de personal administrativo que sí reciben salario. La misma Chiara, no percibe sueldo. Ella trabaja en una escuela pública enseñando francés y luego apoya al colegio BPL.  Es un proyecto que realiza porque tiene pasión y convencimiento de que los chicos necesitan algo distinto.

La escuela tiene 40 estudiantes y tienen cursos como una escuela regular en la mañana y en la tarde tienen sus pasantías. En la propuesta original no hay cursos ni bloques horarios de 45 minutos, pero en el caso italiano, sí. Esta es otra característica interesante del modelo, no es prescriptivo, cada país va inculturándolo y adaptándolo a su contexto.  En el caso italiano, un estudiante que desee cursar educación superior debe realizar el examen de fin de estudios o esame di maturità.  Es un examen único, similar a la PSU chilena (Prueba de Selección Universitaria). Son pruebas de varios días de duración en la que se rinden todas las materias y con el puntaje total obtenido se puede acceder a carreras universitarias. Es por ello que han adaptado el modelo y deben de seguir cursos para rendir ese examen. Le pregunté qué la inspira y me comentó los rostros de los jóvenes que llegan desmotivados del sistema tradicional y en unas semanas recuperan el brillo en los ojos y encuentran sentido al aprendizaje.  Me compartió el caso de un estudiante de 15 años que eligió hacer pasantía de fotografía.  Éste le comentó a Chiara con alegría hace un par de semanas que una empresa de repostería le había contratado para las fotos de su negocio.

Luego de conocer a Chiara hemos podido conocer a otros miembros del equipo internacional, entre ellos a uno de los co-fundadores Elliot. Quien ha tenido la amabilidad de enviarnos más materiales para comprender mejor el modelo.

Chiara nos sugirió empezar a leer los libros base de la propuesta:

  1. Littky, D., & Grabelle, S. (2004). The Big Picture: Education is Everyone’s Business.
  2. Washor, E., & Mojkowski, C. (2013). Leaving to Learn: How Out-of-School Learning Increases Student Engagement and Reduces Dropout Rates. Urban Fox Studios.
  3. Levine, E., & Sizer, T. (2001). One kid at a time: Big lessons from a small school. Teachers College Press.

En los comentarios del libro de Whashor y Mojkowski (2013) me llamó la atención las personas que lo recomendaban. Está Linda Darling-Hammond (2019), es una docente de la facultad de educación de la universidad de Stanford y nominada varias veces como Ministra de Educación de Estados Unidos, una de las pensadoras más reputadas en desarrollo docente.  Luego aparece el experto en motivación Daniel Pink (2010), para muchos el mejor en motivación y productividad en el trabajo. Por último, recomienda el libro el experto en innovación de la universidad de Harvard, Clayton Christensen (2003), autor del Dilema de la innovación y el ADN del innovador.  Menciono a estos autores para mostrar que el modelo es reconocido por autoridades mundiales en el tema de motivación, educación e innovación.

El modelo

La base del modelo bastante simple: Hacer que el centro del aprendizaje sea la persona y su trayectoria. Lo dicen muchos documentos y normativas de todas las naciones, pero nadie lo hace realidad. La gran diferencia es que ellos han sido coherentes con dicho enunciado. Realmente es una escuela cuyo centro es el aprendizaje del estudiante. Por ello han eliminado todas aquellas estructuras y procesos que no ayuden al aprendizaje del estudiante.   No hay bloques de 45 minutos, tampoco cursos o asignaturas, ni docentes como tal.

Sus fundadores son Dennis Littky, un profesor y director de escuela que, junto a Elliot Washor, desde hace 30 años vienen desarrollando el modelo. En la actualidad existen cerca de 300 escuelas en diversos países en todo el mundo.

Los bloques de 45 minutos

Se sabe que cada estudiante aprende en tiempos distintos, sin embargo, todos los colegios siguen dividiendo y midiendo el tiempo de aprendizaje en bloques de 45 minutos.  Todos saben que esto no funciona, pero no se hace nada por romper esa estructura, porque estamos centrados en el sistema, no en el estudiante. Es la manera como cada colegio se mide para pagar al docente o, desde las políticas públicas, para medir cuánto “derecho a la educación” ha recibido un estudiante.  En una escuela BPL, no hay horarios cada estudiante tiene el tiempo necesario para profundizar en lo que le interesa aprender y sobre todo, para explorarse a sí mismo, conocerse mejor como persona.

En la figura 1 se puede ver el horario de una semana típica en una escuela BPL.  Como se puede ver rompe las estructuras y paradigmas de una escuela tal y como la conocemos.

Figura 1.  Horario semanal de una escuela BPL.
Los cursos

Hace años los educadores denuncian que el mundo real es interdisciplinar y que la división del conocimiento en compartimentos estancos no tiene sentido.  La realidad está interconectada y la escuela hace lo opuesto al dividir el conocimiento.  Se sabe, se denuncia, pero todos seguimos dictando por materias. Nuevamente, se hace porque le conviene al administrador educativo, sea de un colegio o sea de un país. La contratación docente es por horas y por curso. El currículo es por competencias, pero en las orientaciones del inicio de año se divide todo por materias. Incoherencia tras incoherencia.  No estamos centrados en la persona ni en su aprendizaje, sino en lo más cómodo para el administrador. Se hacen las cosas como se han hecho siempre.   En BPL no existen cursos porque la realidad está interconectada.  A los docentes, que no se les llama docentes, sino asesores o consejeros (advisor), no se les contrata para dictar una materia.  El asesor puede tener una especialidad en matemática, pero se le contrata para ayudar a los estudiantes a encontrar sus pasiones como dice uno de los fundadores:

En BPL, hemos redefinido completamente la enseñanza. Incluso hemos cambiado el nombre de “maestro” a “asesor” (advisor) para simbolizar cómo estamos rompiendo los estereotipos que rodean la profesión. Nuestros profesores no son simplemente dadores de conocimiento, sino adultos que inspiran a los estudiantes a encontrar sus propias pasiones y sus propias formas de aprender y que brindan apoyo en el camino. No por ser un conferencista carismático, sino por ser un gran entrenador, modelo a seguir, motivador, consejero y, sí, maestro. No mostrando a los estudiantes dónde encontrar el conocimiento en el libro de texto, sino ayudándolos a encontrar el conocimiento en el mundo real. No dándoles las respuestas a los chicos, sino haciendo una lluvia de ideas sobre cómo resolver los problemas. No diciéndoles a los estudiantes lo que tienen que leer, sino dejándolos elegir sus propios libros, según lo que les interese. (Littky & Grabelle, 2004, p. 89)

En efecto, es una redefinición del rol docente. Yo diría que más que redefinición es volver a dar al docente su rol original, a recuperar la dimensión socrática de la enseñanza.

En la figura 2 se puede ver el horario de conversaciones 1a 1 semanal del asesor con los estudiantes a su cargo. La relación pedagógica siempre fue de 1 a 1, personal. Urge devolver el encuentro a las escuelas. La despersonalización de la sociedad encuentra su reflejo en la despersonalización de la escuela, con sus graves consecuencias para la vida de cada persona y el país.

Figura 2.  Horario de reuniones 1 a 1 con estudiantes
El Aprendizaje Basado en Pasantías

Como dicen los autores de lo que se trata es de dejar aprender a los estudiantes y ellos aprenden de muchas maneras: en viajes nacionales o internacionales, sirviendo a la comunidad, tomando cursos universitarios como alumnos libres, estudiando por su cuenta, pero las pasantías ocupan un lugar especial en esta metodología sin excluir las actividades mencionadas.

El mejor aprendizaje es aquel que se basa en la realidad y no en simulaciones de la realidad.  Esto ocurre en el BPL en contraposición a lo que pasa en las escuelas, donde profesores se esfuerzan denodadamente en crear simulaciones de la realidad. Por bueno que sea el ejercicio o problema planteado por el profesor siempre será solo eso un ejercicio, pero no la realidad misma.  Y el joven lo sabe, ello hace que no se comprometa al máximo.  El Aprendizaje a través de Pasantías (ATP o LTI en inglés) consiste en que el joven aprende in situ en un trabajo concreto bajo la mentoría de un experto en el tema que eligió. Esto ocurre dos veces a la semana todo el día por el tiempo que sea necesario.

Las pasantías

Incluyen una amplia y diversa gama de actividades, desde observación laboral hasta puestos semestrales y anuales en una empresa o en la comunidad. Normalmente, estas pasantías no son remuneradas; algunas conducen a certificados que documentan el logro de ciertos estándares de competencia en una habilidad; otros pueden conducir a pasantías remuneradas o un trabajo de tiempo completo.(Washor & Mojkowski, 2013, p. 55)

Dos elementos a resaltar. En primer lugar, la libertad de elección e interés. El joven elige lo que desea aprender, en segundo lugar, tiene acceso a la práctica experta, puede observar al mejor en esa temática de su comunidad. Dos condiciones importantes para que ocurra buen aprendizaje.

El Aprendizaje Basado en Pasantías hace realidad lo que los pedagogos decimos, que debemos ir al mundo real a aprender de él.  Como dicen los fundadores:

Queremos preparar a nuestros hijos para el mundo, así que no los aislemos del mundo. ¿Tomarías a un chico que ha estado parado frente a un aro practicando tiros libres por sí mismo durante un año y luego lo pondrías en una cancha de baloncesto y esperarías que supiera cómo jugar? ¡No! Por supuesto no. Pero así es como las escuelas preparan a los chicos para el mundo real. (Littky & Grabelle, 2004, p. 110)

Son muchos ejemplos y testimonios que comparten. Por ejemplo, el caso Jake:

Reflexiona sobre su pasantía: “Aprender haciendo y aprender leyendo: esas son dos de mis cosas principales. Es un punto de discordia entre los profesores y yo en general, porque siento que puedo enseñarme casi cualquier cosa “. Jake diseñó y fabricó sus propias redes de pesca de arrastre durante su pasantía. Su asesor lo apoyó incorporando competencias académicas, profesionales y de vida relevantes en la pasantía. Jake perfeccionó su oficio y ahora es un pescador profesional que trabaja en la industria pesquera de abadejo de Alaska.(Washor & Mojkowski, 2013, p. 111)

Involucración de la comunidad

La frase africana “se necesita de todo un pueblo para educar a un niño” se hace realidad en una escuela BPL.  En BPL la comunidad realmente se involucra porque el salón de clases no es la escuela es la misma comunidad, es el mundo.  Ello implica que los directores generen muchas redes para que todos los chicos puedan realizar sus pasantías en la comunidad.

Las familias tienen un rol clave. En las escuelas tradicionales se busca tener a las familias en la puerta del colegio. En BPL se devuelve a las familias su papel educador. Los docentes visitan a los estudiantes en su casa y entrevistan a los expertos en los chicos, sus padres, para conocer sus intereses, pasiones, cómo aprenden mejor, todo lo que sea necesario para ayudarlo a ser su mejor versión.

La cultura de las exposiciones

Si un joven puede explicar un tema con pasión, convicción y profundidad es una prueba de su dominio sobre la misma. En BPL cada chico debe hace una exposición trimestral de sus avances en el tema elegido. La exposición se realiza frente a su mentor (miembro de la comunidad), su asesor, el director, padres de familia y otros estudiantes. Es una demostración pública de lo que va aprendiendo y qué dificultades va teniendo en el proceso de aprendizaje. Luego de su presentación recibe aportes y retroalimentaciones de los presentes.  Un estudiante BPL realiza cerca de 16 exposiciones en toda su estancia en la secundaria.

La evaluación como una narración

En vez de una libreta de notas el joven recibe un texto narrativo de 3 o 4 páginas redactado por su asesor. En algunas escuelas BPL no se pudo desterrar las notas, pero igual recibe el texto narrativo de su proceso de aprendizaje.

Tener una cultura en la que las narrativas reemplacen las calificaciones de la boleta de calificaciones está en línea con nuestra filosofía de un estudiante a la vez. Para escribir una narración, debes mirar realmente al estudiante. Es fácil escribir una sola letra para un chico que apenas conoce, pero le dice a ese chico, ya sus padres, que no tiene ninguna necesidad o deseo de conocerlo mejor. (140)

La calificación no es solamente sobre cuánto aprendió, sino si se quedó con más ganas de aprender, con más brillo en los ojos. Eso es lo que más vale en este modelo.  Que quiera seguir aprendiendo.

En coherencia con el estar centrado en la persona uno de los trabajos finales para graduarse es hacer una autobiografía de 70 páginas. Según comentan, es uno de los trabajos más exigentes para los estudiantes y le dedican bastante tiempo.  Es un ejercicio único para conocerse a sí mismos y a los demás.

La cultura del portafolio

El otro elemento clave para la evaluación son los portafolios. Se genera una cultura del portafolio y una cultura de la exposición. Se busca que cada estudiante se habitúe a generar evidencias de diverso tipo de lo que va aprendiendo.

Las 3 R

Las tres R son clave en el modelo. Está basado en la Relación, Relevancia y Rigurosidad. Relación porque el vínculo es clave, es un diálogo uno a uno es importante para ayudar al estudiante a descubrir lo que desea, lo que es relevante para él. Es por ello que su lema es “cambiar al país un estudiante a la vez”. Para que esa relación no se pierda cada asesor puede asumir un máximo de 14 estudiantes. La relevancia, el estudiante aprende lo que es importante para él. Todo ello unido a la rigurosidad, al estar en el mundo real, el nivel de exigencia en todo lo que hace es como en el mundo real.

La escuela tiene tres pilares fundamentales: El asesor (docente) el mentor, que es una persona de la comunidad que domina un tema que compartirá por un lapso determinado de tiempo al estudiante en el mismo lugar de trabajo de 2 a 3 días por semana; y la familia.

De los márgenes al núcleo del sistema

Este modelo empezó para rescatar a los estudiantes marginados, a aquellos que desertaron o en riesgo de deserción, pero la respuesta que se creó para estos chicos es necesaria para todos los estudiantes que quizá no vayan a desertar, pero ya perdieron su interés en la escuela y por el aprendizaje.  Es una propuesta que nace en los márgenes que debe de inspirar e infectar todo el sistema educativo para que realmente se centre en la persona y su trayectoria.

Este modelo es inspirador porque no es teoría u opiniones, sino que es realidad en escuelas públicas. Ha hecho realidad escuelas donde el aprendizaje se ha liberado, y donde se califica al estudiante por los avances en su pasión elegida, en cuanto se ha superado a sí mismo, no en comparación a otros compañeros o a promedios que no dicen mucho.

Comparto mis inquietudes ¿Cuán escalable es el modelo? ¿Por qué en 26 años no ha escalado a miles de escuelas? ¿Cómo podríamos hacer que todas las escuelas evalúen, manejen sus tiempos de manera libre y puedan dejar salir a los chicos al mundo real a aprender y transformarlo? En efecto, hacer que todas las escuelas tengan 1 docente para 15 estudiantes y reducirlas para no tener más de 400 o 500 estudiantes implica una gran reestructuración del sistema. Sin embargo, es bueno que existan porque se convierten en un aliciente para todos aquellos que creemos una educación distinta y que prepare realmente a los estudiantes para la vida y enfrentar su propia vida. Por eso no esperaría que todas se conviertan en BPL, pero sí que beban de su experiencia para reformar en algo su propia escuela, su propio sistema. Ese algo será mucho para un sistema que no quiere moverse y quiere permanecer en su status quo.

BPL es un faro de inspiración para todos aquellos que vemos que el sistema educativo no funciona y los chicos están cada vez más desanimados y desconectados de la educación.   Nos muestra que es posible ser radical y construir un sistema centrado en la pasión por aprender. Nos invita a correr ese riesgo. El riesgo de creer en el alumno, el riesgo de dejarnos sorprender por las infinitas posibilidades cuando damos libertad a una persona. Cuando la respetamos y no le imponemos cosas ajenas a su vida. Cuando reconocemos su dignidad y lo tratamos conforme a ello.

Lima, 1 de febrero de 2021

Referencias

Christensen, C. M., & Raynor, M. E. (2003). The innovator’s solution: Creating and sustaining successful growth. Harvard Business Press.

Darling-Hammond, L., & Oakes, J. (2019). Preparing Teachers for Deeper Learning. Harvard Education Press. Retrieved from https://play.google.com/store/books/details?id=07BRvwEACAAJ

Farrell, J., Manion, C., & Rincón-Gallardo, S. (2017). Reinventing Schooling: Successful Radical Alternatives from the Global South. In K. Bickmore, R. Hayhoe, C. Manion, K. Mundy, & R. Read (Eds.), Comparative and International Education. Issues for Teachers. Toronto: Canadian scholars’ Press.

Littky, D., & Grabelle, S. (2004). The Big Picture: Education is Everyone’s Business. ASCD.

Pink, D. H. (2010). La sorprendente verdad sobre qué nos motiva. Madrid: Gestión.

Rincón-Gallardo, S. (2019). Liberating Learning, educational change as social movement. Routledge.

Washor, E., & Mojkowski, C. (2013). Leaving to Learn: How Out-of-School Learning Increases Student Engagement and Reduces Dropout Rates. Urban Fox Studios.

Roberto Barrientos Mollo
Educador. Coordinador General de Comunidades de Aprendizaje , www.comunidaddeaprendizaje.pe , un proyecto de transformación social y cultural de la escuela y su entorno mediante la implementación de Actuaciones Educativas de Éxito. Es docente e investigador de la Universidad Marcelino Champagnat.