Todos hemos sido estudiantes en algún momento, de nuestras vidas y nos hemos encontrado con compañeros, amigos e incluso nosotros mismos, atravesando complicaciones durante el año escolar debido a la carga innecesaria de contenido académico.
El primer recuerdo que tengo cuando se menciona la escuela, es el conflicto que tenía con el curso de matemáticas. Suele ser uno de los primeros desafíos al cual se enfrenta un estudiante, es con el que se tiene menor afinidad y al que se suele cuestionar pues se define las habilidades que uno tiene por la calificación de un examen. En el mundo que conocemos, las ciencias y matemáticas ocupan el primer puesto y si no se cumple con las expectativas, simplemente te perfilan como un estudiante que no va a lograr nada en su vida.
Es difícil atravesar situaciones como esta, entre las más notorias, en las que se duda del potencial de los estudiantes por una calificación y que da lugar a las comparaciones entre ellos. Los maestros tratan de brindar ayuda mediante técnicas y métodos de estudios para mejorar nuestro desempeño, sin embargo, no siempre funcionan para todos de la mejor manera. Y esto se debe a la gran diversidad y potencial que cada uno tiene y que se puede encontrar en un aula de clases, aspecto que menciona y respalda Howard Gardner en su libro “La teoría de las inteligencias múltiples”, donde dice también cómo desarrollarlo para sacarle el mejor provecho.
En este libro se habla acerca del impacto positivo que se tiene al descubrir otras perspectivas con respecto al aprendizaje, aparte de la educación tradicional que se tiene en las instituciones educativas del país. Presenta la riqueza de las habilidades y capacidades que cada individuo se descubre que tiene. Es por ello, que no se puede considerar el hecho de si se es un buen estudiante, puede no encontrar las mismas posibilidades de aprendizaje que el resto, y eso no impide que en realidad demuestre lo que en verdad puedan llegar a lograr. De igual manera se menciona que hay múltiples inteligencias que se adaptan al perfil de cada uno.
Como actual estudiante universitaria, he tenido un cambio de mentalidad con respecto a cómo aprendo mejor a comparación de mis años como escolar. Esto se ve demostrado en el progreso que he tenido académicamente a lo largo de los años y en otros sectores de mi vida, al descubrir que soy una persona visual-espacial, que se enfoca en material gráfico, como mapas conceptuales, la relación de imágenes con conceptos y flashcards, a comparación de la metodología que se tiene en la escuela, que se centra en uno más auditivo. Eso complica el aprendizaje, ya que no hay retención de información por la mayor parte de los estudiantes. Y por ello no me refiero a que las notas sean el único factor que esté tomando en cuenta, sino también el incremento de confianza en mis habilidades, lo cual potenció este proceso.
Hay una gran cantidad de estudiantes que atraviesa este tipo de situaciones, sin embargo, el primer paso que pueden dar es identificar cómo aprenden mejor, es cuestión de experimentación y tiempo. Es solo el primer paso, para responder a la pregunta planteada ¿Que puedo hacer yo? y de esa manera abrir mayores posibilidades a distintos tipos de inteligencias y, por consiguiente, de aprendizaje, y ver cómo es que hay instituciones educativas que perciben estos aspectos. En un siguiente artículo se podrá apreciar un mejor acercamiento a cómo la educación ha evolucionado y se ha adaptado a las necesidades de los estudiantes.
Lima, diciembre de 2023