Patricia Correa Arangoitia
Lima alberga al 31% de los habitantes del Perú y similar porcentaje de la población escolar del país. Lima es un territorio que a pesar de ser plano geográficamente, social y culturalmente es diverso. Sus expresiones varían según las «Limas», lo que representa una oportunidad para la cohesión e integración social que demanda el Proyecto Educativo Nacional del Perú.
Lima se constituye así en un reto para gobernar un territorio cuya organización política es sui generis ya que, siendo el Consejo Provincial un Gobierno Municipal, tiene desde la Constitución un régimen especial así y competencias de gobierno regional.
En este marco, el Proyecto Educativo Nacional le demanda a la Municipalidad Metropolitana de Lima asumir su rol educador, formador de ciudadanía y de soporte a las escuelas. A la vez, en su condición de Gobierno Regional, debe asumir las competencias y funciones de la gestión educativa, cuyos objetivos y metas de gestión son distintos a las de la primera.
En su rol de sociedad educadora, es responsable del entorno y de dar soporte a las Instituciones educativas. Esto a su vez significa ir más allá del fierro y el cemento, generando espacios y oportunidades de cohesión e integración Social, a través de parques, espacios deportivos, espacios lúdicos, la promoción de la lectura y escritura, de actividades artísticas y deportivas para toda la comunidad.
Para ello, la gestión municipal de Susana Villarán ha logrado acreditar a la MML para iniciar el proceso de transferencias de las competencias en educación. Esta acreditación y transferencia es fundamental para asumir un rol de gestión del servicio educativo. Aun cuando las competencias no han sido transferidas, esta gestión asumió el compromiso políticos de iniciar la ruta para recibir las competencias de manera planificada y ordenada.
¿Qué significa esto? Que la gestión Villarán ha iniciado la ruta política y formal que su antecesor se negó a asumir. Se trata de un proceso que debe requerir el acuerdo y compromiso de la MML y del Ministerio de Educación, para que en los próximos años se efectivice el proceso de transferencia, esta vez de manera seria y planificada. No como se dio con 24 Gobierno regionales en el año 2007, en que se aplicó un shock descentralista sin desarrollar capacidades y prever recursos.
Susana Villarán, como Alcaldesa y ahora candidata, se encuentra en condición de exhibir su decisión de avanzar en la construcción de la ciudad educadora que el Proyecto Educativo Nacional demanda. Lo es con todas sus imperfecciones y se expresa en decisiones como la de convertir un mercado plagado de delincuencia en un parque de todas las sangres. Ha abierto e invertido sumas importantes en los parques y dotarlos de programas como CREA y otros tales como «Lima Juega», «Depor Lima», la inversión en Cultura y «Cultura viva comunitaria», el rescate y promoción de los museos, Lima Vive Rock, los pasacalles por fiesta patria, entre otros.
El «corredor azul» tal vez se el ejemplo de cuánto nos cuesta construir una ciudad educadora, que va desde el tiempo que toma planificar una reforma del transporte hasta asumir que los beneficios pueden tener impacto en la salud, el ambiente, aire mas limpio y, sobre todo, basado en el respeto al ciudadano y a la vida.
Los Municipios no sólo son responsables de convertir a sus comunidades en ciudades educadoras, sino promover una sociedad educadora, asumiendo un rol clave, conjuntamente con las familias, las organizaciones sociales, los partidos políticos, los empresarios.
Un reto grande que debe llevarnos a pensar cuan importante es emitir un voto pensado, que considere que nuestro espacio, nuestro territorio, el barrio en que vivimos puede ser un mejor entorno para nuestras familias, para todos nosotros. Algo en lo que no vemos poner demasiado énfasis en los candidatos o grupos que aspiran al Sillón de Nicolás de Rivera el Viejo.
Artículo: Patricia Correa Arangoitia
Fotografía: James Richards
Lima, 30 de setiembre de 2014