Edición 90

La Inteligencia Artificial cómo soporte de los aprendizajes: condiciones y consideraciones habilitantes para su aplicación

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No cabe duda de que uno de los tópicos de discusión más encendida en foros y plazas es el tema de la Inteligencia Artificial. Ya sea que, usted querido lector, elija visiones utópicas [1] y/o distópicas [2] o neutras sobre el efecto de esta tecnología en nuestro tejido social o en la esencia de quienes somos como seres humanos. Lo cierto es que este nuevo “hacer” digito-tecnológico representa para todos nosotros un reto gigantesco que nos debe de hacer desarrollar más espacios de indagación, diálogo, escucha, reflexión y experimentación.  Ojo hago énfasis en el hacer puesto que, como nos tiene acostumbrada la tecnología digital, su foco se encuentra centrado en el proceso de desarrollar soluciones que hagan que el quehacer cotidiano se haga más rápido, más simple y, en la medida de lo posible, más fácil.

Aristóteles diferenciaba dos tipos de hacer: la praxis y de otro lado la poiesis. Mientras que el primero implica una acción o producción en el que el sujeto de la acción es la producción del objeto mismo; la segunda se refiere a la creación de un objeto que, si bien es distinto del sujeto que lo produce, este objeto genera un bien intrínseco en los otros; distinto al de la praxis que supone un beneficio instrumental. Ayuda quizá la comparación entre un martillo y una obra de arte, ambos son producto de un hacer, pero ambos tienen transitividades distintas.  Esa condición de transitividad (capacidad de transmitir al otro) es particular de la poesis.  La particularidad de la inteligencia artificial es que, si bien es un hacer u objeto en sí mismo, al mismo tiempo implica un ejercicio poiético porque produce en el otro que lo usa un efecto transitivo.  Esta tecnología supone una disrupción particularmente compleja de ser digerida o comprendida fácilmente; obviamente, más allá del ejercicio de uso de la tecnología misma.

La inteligencia artificial y sus relaciones con el trabajo y la educación

Les pido que tomen conciencia conmigo que los dos grandes cambios (en su gran mayoría) en los cuales se viene dando la discusión alrededor del efecto de la IA es en el mundo del trabajo y el de la educación.  Y, precisamente es allí donde se constata o se plantean procesos de relación distintos.  En primer lugar, en la relación entre la inteligencia artificial y el trabajo encontramos que allí, sucede una paradoja interesante que es que la primera supone una lógica o narrativa de reemplazo [3], es decir, el uso intensivo de la inteligencia artificial tiene como uno de sus resultados el esfuerzo de reemplazar tareas simples y repetitivas con nivel de análisis progresivos suponiendo con ello una lógica de reemplazo de los trabajadores que realizan dichas labores.   Narrativa que ha terminado por levantar alarmas y temores por doquier.

De otro lado, tenemos el caso de la educación o los procesos formativos.  En ellos la relación entre esta y la IA está siendo enmarcada en una suerte de relación de asistencia, soporte, tutoría o interdependencia. En esa línea se encuentra discurso propuesto por Sal Khan en una reciente reunión de TED [4], en este se propone la idea de un tutor personalizado a niveles de mucha profundidad (con la solución de khanamigo, sí como lo lee lo han nombrado en español).  Bajo esta figura la IA se convierte en un amigable adminiculo omnipresente en nuestro espacio de trabajo digital que nos ofrece da soporte, pero que al mismo tiempo va conociendo nuestra forma de aprender, de preguntar, donde nos equivocamos, donde se nos hace más fácil o difícil en el proceso cognitivo de resolver una tarea o actividad; en esa lógica entonces la imagen es que la IA es una suerte de tutor no sólo personalizado sino personalizante. Bajo esta perspectiva propuesta, es interesante el giro de la narrativa que se propone en el ámbito educativo; pero que además supone (bajo los términos de esta imagen de la relación) el cumplimiento de uno de los sueños más preciados del sistema educativo: es la capacidad de ofrecernos una educación personalizada. Una en la que las diferencias del salón de clases no se convierten en un reto que mitigue la capacidad del docente o de la propuesta educativa de conseguir logros, sino que más bien con la ayuda de la IA vamos a alcanzar esa suerte de santo grial buscado incansablemente por teóricos y practitioners de la educación.

Las metáforas alrededor de la IA

Todos conocemos la historia del Rey Midas. Este rey, cuenta la historia, solicitó un deseo y le fue concedido.  Esta metáfora me permite abordar lo que puede significar el cumplimiento de nuestros más internos deseos de personalizar la educación con el uso de tecnología.

El primer significado tiene que ver con que, a través de la personalización profunda, que propone la IA, perdamos de vista como sistema educativo aquello que nos recordó (dolorosamente) la reciente pandemia: que la educación es un ejercicio profundamente relacional, y en esencia íntimamente atado a la interacción entre personas.  El segundo tiene que ver con el hecho que uno de los ejercicios claves para el uso y aprovechamiento de la IA pasa por la capacidad de hacer prompt o preguntas generadoras clave. Solo de esa forma es que las herramientas basadas en LLM (Large Language Model) son capaces de llevar adelante su cometido.  Pero ello implica el arte de hacer las preguntas correctas, de frasearlas y de proponerlas de tal forma que estas no solo generen una respuesta, sino que a partir de esta se construyan otras preguntas que permitan afinar al resultado de la interacción con la IA.  Este hecho, no menor, implica en la práctica un enorme reto porque justamente esto que describimos es uno de los ciclos claves en el proceso de desarrollar el pensamiento crítico/analítico que es, casualmente, una de las debilidades más saltantes en la capacidad de nuestro sistema educativo. Enfrentamos así al clásico dilema del huevo o la gallina, en otras palabras, que es primero el uso de la IA para generar pensamiento crítico o primero desarrolla pensamiento crítico primero y luego el uso de la IA. Un tercer elemento a considerar es el hecho de la limitación que tiene la Inteligencia Artificial, nos referimos al hecho de que para poder explotar las posibilidades de esta requieres estar conectado o, más aún, hiperconectado.  Entonces, esto ya de por si supone una posibilidad de introducir o ahondar las diferencias entre unos y otros, en otras palabras, aquello que conocemos como brecha digital [5] y que nos viene costando tanto cerrar en nuestro país; pero que al mismo tiempo en la realidad implica que solo el 52.5% de los hogares tenga acceso a internet pero que en el área rural esta sea solo del 20.1% según el INEI [6].  Finalmente, un cuarto elemento a resaltar es el hecho que muchos de los addons, plugins u otras App relacionados a la IA que se multiplican a una velocidad inusitada toda la eficiencia en su uso se construye sobre la base de un usuario que tiene formación previa, o que ha accedido a algún nivel de educación lo cual en sí mismo supone una diferenciación porque justamente se construye sobre un conocimiento adquirido y formado. La posibilidad de creación o aprovechamiento de estas herramientas desde cero o desde una base de no conocimiento es bajísima, lo que al final del día puede significar una posibilidad de ahondar brechas basadas en la falta de acceso equitativo a la educación o formación o conocimiento práctico para usar las nuevas tecnologías.

A partir de la evidencia y volviendo a la metáfora del Rey Midas debemos de tener cuidado con lo que deseamos, no vaya a ser que se nos cumpla… y no tengamos la capacidad de ponerlo en práctica.

La tecnología y educación: parámetros para su aplicación

La Unión Europea tiene ya una pieza de legislación que busca proponer normativas legales o procedimentales que buscan regular el uso de la inteligencia artificial. De igual forma, Sam Altman CEO de OpenAI, frente a un comité del Capitolio en Washinton DC ha solicitado formalmente a los legisladores el que propongan distintas medidas legislativas tendientes a moderar, manejar o controlar la fuerza con la cual la IA viene desplegándose en múltiples espacios en la internet.  Estos dos hechos nos permiten, a manera de símil, proponer sobre qué aspectos desde la perspectiva de la educación deben de proponerse como espacios de normativa o reglamentación que permitan que el proceso educativo opere con niveles razonables de convivencia entre la AI y las aulas y no se dé el proceso de colonización del primero sobre el segundo. Propongo para iniciar la conversación a este respecto tres claves de acción:

  1. Una profundización mayúscula en la formación y popularización del manejo de pedagogías que permitan que los procesos educativos se den en el marco de las reglas de juego de la educación y no desde el dominio del discurso de la tecnología, su velocidad o espectacularidad de procesamiento de datos. Uno de los grandes retos que le propone esta tecnología a los sistemas educativos es la capacidad de declarar una postura pedagógica clara que permita explotar el recurso digital, pero siempre desde una pedagogía adecuada, aterrizada a la realidad contextual de nuestros territorios; pero que al mismo tiempo sea empática con los disimiles niveles de penetración de la tecnología, conectividad, equipamiento y velocidad en las instituciones educativas.
  2. Un trabajo sostenido en desarrollar culturas escolares distintas a las actuales. Sabiendo que estas deben de convivir, tanto en nuestro sistema educativo como al interior de las instituciones educativas. Sabemos que la clave de cualquier transformación educativa, entre ellas la transformación digital pasa por el cambio de cultura de la institución educativa.  Si no se trabaja fuertemente sobre esta, si no se proponen líneas claras de desarrollo de una contracultura que esté marcada por la innovación, el no miedo al cambio, el aceptar el error como una forma de aprendizaje, abrazar el problema (no correrle) y desplegar procesos de innovación lo que va a suceder es que la cultura de la escuela va a terminar “domesticando” a la tecnología.  Este fenómeno que Tyack y Cuban (2001) describen muy bien con el concepto de la “gramática de la escuela”.
  3. Un reenfoque de la forma de financiamiento y asignación de recursos en el sector educación. Una tecnología como la de IA implica un replanteamiento en la capacidad de construir condiciones habilitantes y las necesarias infraestructuras digitales y de soporte que ella implica.  A contramano del hecho que todo está en la nube, asumiendo un mundo cumulonimbos donde se encuentra la información lo cierto es que la IA supone un ejército de infraestructura física, de consumo de energía y de transporte de datos que requieren desde las sociedades y el Estado una mirada integral para poder aprovechar esta oportunidad de la tecnología digital.  En una conversación (fascinante, por cierto) que tuve con Sam Pitroda[7] quien fuera asesor del primer ministro de la India me comentó que toda la estrategia que ha llevado a la India a ser el hervidero de soluciones digitales del mundo comenzó con un documento mecanografiado a inicios de los ochentas (white paper) que privilegiaba como primer gran reto la capacidad de interconectar a toda la India por las telecomunicaciones, sí, como lo lee comenzaron por el teléfono.

Si queremos lograr que las nuevas tecnologías tengan un aterrizaje adecuado en nuestras aulas aún tenemos mucho trabajo que hacer y bastante pan por rebanar.

Lima, 12 de junio de 2023

Referencias bibliográficas

Tyack, D. y Cuban, L., (2001) En busca de la utopía. Un siglo de reformas de las escuelas públicas, 2da edición en español. México, Fondo de Cultura Económica.

Notas

[1]. Ver la posición de Reid Hoffman en el reciente artículo en el New York Times (https://www.nytimes.com/2023/05/25/technology/reid-hoffman-artificial-intelligence.html)
[2]. Ver la posición de Yuval Harari en el Frontiers Forum: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjCpoybp5H_AhUTBLkGHb27DxYQtwJ6BAgNEAI&url=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3DLWiM-LuRe6w&usg=AOvVaw05NDwwGmagxadw_YyZdXLl
[3]. Según un informe del banco de inversión Goldman Sacks se reemplazarán 300 millones de trabajo por la Inteligencia Artificial https://www.bbc.com/news/technology-65102150
[4]. Salman Khan en TED 2023: https://www.youtube.com/watch?v=hJP5GqnTrNo
[5]. Brecha digital. Editorial diario el Peruano.  https://www.elperuano.pe/noticia/203730-el-cierre-de-la-brecha-digital#:~:text=De%20acuerdo%20con%20el%20informe,hogares%20con%20acceso%20a%20internet
[6]. Informe del INEI: https://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/el-525-de-los-hogares-del-pais-tiene-conexion-a-internet-en-el-trimestre-abril-mayo-junio-de-este-ano-13129/#:~:text=En%20el%20segundo%20trimestre%20del,Informática%20(INEI)%20en%20el%20informe
[7]. https://es.wikipedia.org/wiki/Sam_Pitroda

Paul Neira Del Ben
Paul Neira Del Ben. Educador. Experto en políticas educativas y reforma de sistemas educativos. Candidato a Doctor en Educación en el Departamento de Currículum, Formación Docente y Enseñanza del Teacher College, Columbia University (NY). Magister en Tecnología Educativa y Competencias Digitales. Estudios concluidos de maestría en sociología. Fundador y gerente de The Learning Factor (TLF) y Espacio Público. Docente universitario de pregrado y postgrado, conferencista, columnista, gestor de organizaciones educativas e investigador. Ha sido consejero del Consejo Nacional de Educación y miembro de diversas comisiones nacionales del ejecutivo y legislativo en temas educativos.